JESUS y EL ESPIRITU

La experiencia carismática 335
ción 52. En consecuencia, la descripción de cbarismata como de
énergémata, por parte de Pablo, ha sido elegida deliberadamente
para subrayar su convicción de que todos los cbarismata están
motivados por el poder divino. Las palabras y acciones que él
coloca en la lista son cbarismata sólo en la medida que ofrecen
la acción del Espíritu de Dios, dentro y a través del individuo.
Esto se explicita aún más en 1 Co 12, 6b: «Dios que obra (energón)
todas las cosas en todos». Y por si acaso lo dicho se olvidara
lo repite en 12, 11: «todas estas cosas las obra (energei)
el único y mismo Espíritu». También es importante advertir que
enérgema significa propiamente «lo que es efectuado», «el acto»,
la «acción» más bien que el actuarse iénérgeía, actividad). En
12, lOa nos previene con urgencia ante una diferenciación excesiva.
Pero, no obstante, cuando Pablo habla aquí de charismata
está pensando en acciones concretas, en acontecimiento reales,
no en posibilidades latentes o en talentos ocultos. El charisma es
un acontecimiento, una acción posibilitada por el poder divino;
el charisma es una fuerza divina que da lugar a un resultado particular
(en palabras o hechos) a través del individuo 53.
39.2. Dynámeis (l Co 12, 10. 28 s.). Aunque todos los charismata
son énérgemata, la palabra dynámeis se usa también muy
especialmente para cbarismata particulares 54, a saber, aquellos
cbarismata que son muy claramente una manifestación del poder
divino, es decir, los milagros 55. Así en 12, 10, leemos: «A otro,
operaciones milagrosas (energémata dynámeon)». Aquí hay una
cierta redundancia expresiva como se indica en la alusión paralela
de 12, 28 s., donde dynameis sólo significa obviamente la misma
cosa. En ambos casos el cbarisma es el milagro real, o el milagro
que actúa el poder obrado eficazmente en un caso particular. No
se puede dudar que los milagros sucedieron dentro del ministerio
de Pablo y de las iglesias paulinas, del mismo modo que en el
ministerio de Jesús y en el de las primitivas comunidades de
52. G. BERTRAM, TDNT 2, 652 ss. En Pablo véase especialmente: divino:
1 Co 12, 6. 11; Ca 2, 8; 3, 5; El 1, 11. 19 s.; 3, 7. 20: Flp 2,
13: 3, 21; Col 1, 29; 2, 12; 1 Ts 2, 13; demoníaco: El 2, 2; 2 Ts 2,
7. 9, pero adviértase también 2 Ts 2, 11. 53.
53. Algo parecido ocurre con enérgeia y energéó en Ca 2, 8; 3, 5;
5, 6; El 1, 19; 3, 7. 20; 4, 16; Col 1, 29; 1 Ts 2, 13.
54. Lo mismo vale para diakonía, phanérósis y fe; véase aquí párr.
39, 4; 40, 1 Y 42.
55. Para la definición de «milagro» véase antes cap. 3, nota 3.