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Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

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Edouard Schure – <strong>Los</strong> <strong>Grandes</strong> <strong>Iniciados</strong><br />

<strong>del</strong> alma con respecto al cuerpo, tal como nunca tiene lugar en el estado<br />

normal. En los sonámbulos, todo anuncia la más elevada conciencia, como<br />

si todo su ser estuviera concentrado en un foco luminoso que reúne el<br />

pasado, el presente y el porvenir. Lejos de perder el recuerdo, el pasado se<br />

ilumina para ellos, el porvenir mismo se revela a veces en radio<br />

considerable. Si esto es posible en la vida terrestre — se pregunta Schelling<br />

—, ¿No es cierto que nuestra personalidad espiritual que nos sigue en la<br />

muerte, está presente ya en nosotros de un modo actual, que ella no nace<br />

entonces, que es simplemente libertada y se muestra en el momento en que<br />

no está ligada al mundo exterior por los sentidos?. El estado post mortem es,<br />

pues, más real que el estado terrestre. Porque, en esta vida, lo accidental,<br />

mezclándose a todo, paraliza en nosotros lo esencial. Schelling llama<br />

lisamente al estado futuro: clarividencia. El espíritu, desembarazado de todo<br />

lo que hay de accidental en la vida terrestre, se vuelve más vívido y más<br />

fuerte; el malvado se vuelve más malvado, el bueno mejor).<br />

(Recientemente, Mr. Charles Du Prel ha sostenido la misma tesis con<br />

gran riqueza de hechos y puntos de vista, en un hermoso libro: Philosophie<br />

der Mystik (1886). El parte ele este hecho: “La conciencia <strong>del</strong> yo no agota<br />

su objeto. El alma y la conciencia no son dos términos adecuados; no se<br />

cubren, porque no tienen igual extensión. La esfera <strong>del</strong> alma rebasa con<br />

mucho la de la conciencia”. Hay, pues, en nosotros un yo latente. Ese yo<br />

latente que se manifiesta en el ensueño y en el sueño, es el verdadero yo,<br />

supraterrestre y trascendente, cuya existencia ha precedido a nuestro yo<br />

terrestre, ligado al cuerpo. El yo terrestre es perecedero; el yo trascendente<br />

es inmortal. He aquí por qué San Pablo ha dicho: “Desde esta tierra,<br />

marchamos por el cielo”).<br />

Hay que notar que ciertos sonámbulos, al sufrir los pases <strong>del</strong><br />

magnetizador, se sienten inundados de una luz más y más deslumbradora,<br />

mientras que el despertar les parece una penosa vuelta a las tinieblas.<br />

La sugestión, la lectura en el pensamiento y la vista a distancia, son<br />

hechos que prueban ya la existencia independiente <strong>del</strong> alma y nos transportan<br />

sobre el plano físico <strong>del</strong> Universo, sin hacernos salir de él por completo. Pero<br />

la clarividencia tiene infinitas variedades y una escala de estados diversos<br />

mucho más extensa que la de la vigilia. A medida que se asciende, los<br />

fenómenos se vuelven más raros y más extraordinarios. No citemos más que<br />

las principales etapas. La retrospección es una visión de los acontecimientos<br />

pasados conservados en la luz astral y reavivados por la simpatía <strong>del</strong> vidente.<br />

La adivinación propiamente dicha, es una visión problemática de las cosas<br />

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