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Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

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Edouard Schure – <strong>Los</strong> <strong>Grandes</strong> <strong>Iniciados</strong><br />

dejaban crecer sus cabellos.<br />

<strong>Los</strong> que se llaman en la Indian Bodisatvas tienen muchos puntos de<br />

semejanza (teniendo en cuenta todas las diferencias de raza y de religión) con<br />

los profetas hebreos que llevaban el nombre de Emmanuel. Eran seres cuya<br />

alma espiritual (Bodhi) se hallaba lo suficientemente desenvuelta para<br />

relacionarse con el mundo divino durante su encarnación. Un Buda era para<br />

los indios un Bodisatvá que había alcanzado la perfección moral en su última<br />

encarnación. Esta perfección suponía una completa penetración <strong>del</strong> cuerpo por<br />

el alma espiritual.<br />

Después de tal manifestación, que ejerce sobre la humanidad una<br />

influencia regeneradora y purificadora, no tiene un Buda necesidad de reencar-<br />

nar otra vez. Entra en la gloria <strong>del</strong> Nirvana o de la No-Ilusión y permanece en<br />

el mundo divino, desde donde continúa influyendo en la humanidad.<br />

Cristo es más que Bodisatvá y más que Buda. Es una potestad cósmica,<br />

el elegido de los Dioses, el mismo Verbo solar que no toma cuerpo más que<br />

una vez para dar la humanidad su más poderoso impulso. Un espíritu de tal<br />

envergadura no podía encarnarse en el seno de una mujer y en el cuerpo de un<br />

niño. Este dios no podía seguir, como se hallan obligados los demás hombres,<br />

aun los más elevados, el cerco angosto de la evolución animal que se<br />

reproduce en la gestación <strong>del</strong> niño por medio de la madre. No podía sufrir,<br />

inevitable ley de toda encarnación, el temporáneo eclipse de la conciencia<br />

divina. Un Cristo, directamente encarnado en el seno de una mujer, hubiera<br />

matado a la madre como mató Júpiter a Semele, madre <strong>del</strong> segundo Dionisos,<br />

según la leyenda griega. Necesitaba para encarnar, un cuerpo adulto,<br />

evolucionado por una raza fuerte hasta un grado de perfección y de pureza<br />

digno, <strong>del</strong> Arquetipo humano, <strong>del</strong> Adam primitivo, mo<strong>del</strong>ado por los Elohim<br />

en la luz increada en el origen de nuestro mundo.<br />

Este cuerpo, elegido entre todos, otorgólo la persona <strong>del</strong> Maestro Jesús,<br />

hijo de María. Pero precisaba aun que desde su nacimiento hasta la edad de<br />

treinta años, época en que debía tomar Cristo posesión de su tabernáculo<br />

humano, fuera el cuerpo <strong>del</strong> Maestro Jesús templado y afinado por un iniciado<br />

de primer orden. De este modo un hombre casi divino ofrecía su cuerpo en<br />

holocausto, como vaso sagrado, para recibir a Dios hecho hombre.<br />

¿Quién es el gran profeta, ilustre entre los religiosos fastos de la<br />

humanidad, al que incumbió esta terrible tarea?. <strong>Los</strong> evangelistas no lo dicen.<br />

Pero el Evangelio de Mateo lo indica claramente haciéndolo presentir al través<br />

de la más sugestiva de sus leyendas.<br />

El divino Infante ha nacido en la noche embalsamada y plácida de<br />

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