09.05.2013 Views

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Edouard Schure – <strong>Los</strong> <strong>Grandes</strong> <strong>Iniciados</strong><br />

maravillosa alquimia se diluyó en la atmósfera su quintaesencia exquisita.<br />

Pero he aquí a María Magdalena, portadora de esencias, viendo en el<br />

sepulcro vacío a “dos ángeles de faz radiosa y vestiduras niveas”. Vuélvese<br />

asustada y se encuentra con un personaje que no reconoció, sobresaltada, y<br />

cuya voz pronuncia su nombre: “María...” Conmovida hasta la médula<br />

reconoce al Maestro y se arroja a sus pies para rozar el extremo de su túnica.<br />

Pero Él, como si temiera el contacto harto material de aquella de quien<br />

“alejara siete demonios”, dice: “No me toques... ¡Ve y di a los apóstoles que<br />

he resucitado!”.<br />

Aquí habla el Salvador a la mujer apasionada, a la pecadora convertida<br />

en fervorosa <strong>del</strong> Señor. Con una sola palabra vierte hasta el fondo de su<br />

corazón el bálsamo de eterno Amor, porque sabe que al través de la Mujer<br />

alcanzará el alma de la humanidad.<br />

Cuando Jesús se aparece luego secretamente a los once, reunidos en una<br />

casa de Jerusalén y les da cita en Galilea, el Maestro reúne su rebaño electo<br />

para la obra futura.<br />

En el patético crepúsculo de Emaus, el divino sanador de almas<br />

enciende de nuevo la fe en el ardiente corazón de dos discípulos afligidos.<br />

En las playas <strong>del</strong> lago de Tiberíades se aparece a Pedro y a Juan,<br />

preparándolos para su difícil misión.<br />

Y cuando por fin se muestra a los suyos por vez postrera sobre la<br />

montaña de Galilea, les dice estas palabras: “Id y predicad el Evangelio por<br />

doquiera... ¡Yo estaré con vosotros hasta el fin <strong>del</strong> mundo!”.<br />

Es la solemne despedida <strong>del</strong> Maestro y el testamento <strong>del</strong> Rey de los<br />

Arcángeles solares.<br />

Así el místico acontecimiento de la resurrección, que debía nacer entre<br />

los apóstoles como tímida aurora, se intensifica y aclara, finalizando en un<br />

glorioso poniente que consolida su pensamiento eterno, envolviéndolo en su<br />

púrpura suntuosa y profética.<br />

Una vez más, años más tarde, aparecerá Cristo de una manera<br />

excepcional a Pablo, su adversario, en el camino de Damasco, para convertirlo<br />

en su más fervoroso defensor.<br />

Si las precedentes apariciones de Cristo se hallan como revestidas de un<br />

nimbo de ensueño, posee ésta un carácter histórico incontestable. Más insólita<br />

que las otras, posee una radiación victoriosa. Todavía la cantidad de fuerza<br />

aplicada se equipara con el resultado perseguido. Porque de esta visión<br />

fulminante debía salir la misión <strong>del</strong> apóstol de los gentiles, que convertiría al<br />

Cristo a la humanidad greco-latina y por ella a todo el Occidente.<br />

502

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!