09.05.2013 Views

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Edouard Schure – <strong>Los</strong> <strong>Grandes</strong> <strong>Iniciados</strong><br />

grito terrible... Al mismo tiempo, el monte negro desapareció, la cruz se<br />

sumergió; una luz suave, una felicidad divina inundaron al Vidente, y en las<br />

alturas de lo azul, una voz triunfante atravesó la inmensidad, diciendo: “¡Satán<br />

ya no reina!. ¡La Muerte quedó dominada!. ¡Gloria al Hijo <strong>del</strong> Hombre!.<br />

¡Gloria al Hijo de Dios!”.<br />

Cuando Jesús despertó de esta visión, nada había cambiado a su<br />

alrededor; el sol naciente doraba las paredes de la gruta de Engaddi; un rocío<br />

tibio como lágrimas de amor angélico mojaba sus pies doloridos, y brumas<br />

flotantes se elevaban <strong>del</strong> Mar Muerto. Pero él no era ya el mismo. Un<br />

acontecimiento definitivo se había desarrollado en el abismo insondable de su<br />

conciencia. Había resuelto el enigma de su vida, había conquistado la paz, y<br />

una gran certidumbre se había apoderado de él. Del desplazamiento de su ser<br />

terrestre, que había pisoteado y lanzado al abismo, una nueva conciencia había<br />

surgido radiante: Sabía que se había convertido en el Mesías por un acto<br />

irrevocable de su voluntad.<br />

Poco después, bajó al pueblo de los esenios. Supo allí que Juan el<br />

Bautista había sido aprehendido por Antipas y encarcelado en la fortaleza de<br />

Makerus. Lejos de asustarse por ese presagio, vio en él un signo de que los<br />

tiempos estaban maduros y que era preciso trabajar a su vez. Anunció, pues, a<br />

los esenios que iba a predicar por Galilea “el Evangelio <strong>del</strong> reino de los<br />

cielos”. Esto quería decir: poner los grandes Misterios al alcance de las gentes<br />

sencillas, traducirles las doctrinas de los iniciados. Parecida audacia no se<br />

había visto desde los tiempos en que Sakhia Muni, el último Buddha, movido<br />

por una inmensa piedad, había predicado en las orillas <strong>del</strong> Ganges. La misma<br />

compasión sublime por la humanidad animaba a Jesús. A ella unía una luz<br />

interna, un poder de amor, una magnitud de fe y una energía de acción que<br />

sólo a él pertenecen. Del fondo de la muerte que había sondeado y gustado de<br />

antemano, traía a sus hermanos la esperanza y la vida.<br />

352

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!