09.05.2013 Views

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Edouard Schure – <strong>Los</strong> <strong>Grandes</strong> <strong>Iniciados</strong><br />

abismo de las generaciones, el grito de los nacimientos, los clamores furiosos<br />

<strong>del</strong> odio y de la guerra... el abismo de la muerte!. Oigo, veo todo eso y ese<br />

abismo me atrae, me sujeta; es preciso que a él descienda. Eros me sume en él,<br />

con su antorcha incediaria. ¡Ah!, voy a morir. Lejos de mí este sueño horrible.<br />

(Se cubre la cara con las manos y solloza).<br />

EL CORO. — ¡Oh virgen divina!, sólo es un sueño; más tomaría<br />

cuerpo, llegaría a ser la fatal realidad, y tu cielo desaparecería como un vano<br />

sueño, si cedieras a tu deseo culpable. Obedece a esta advertencia saludable,<br />

vuelve a tomar tu aguja y teje tu velo. ¡Olvida al astuto, imprudente, criminal<br />

Eros!.<br />

PERSÉFONA (quita las manos de su rostro, que ha cambiado de<br />

expresión. Sonríe a través de sus lágrimas). — ¡Qué locas sois!. ¡Qué<br />

insensata era!. Recuerdo ahora, lo he oído decir en los misterios olímpicos:<br />

Eros es el más bello de los dioses; sobre un carro alado preside las evoluciones<br />

de los Inmortales, a la mezcla de las esencias primeras. Él es quien conduce a<br />

los hombres osados, a los héroes, desde el fondo <strong>del</strong> Caos a las cumbres <strong>del</strong><br />

Éter. Sabe todo; como el Fuego Principe, atraviesa todos los mundos, tiene las<br />

llaves de la tierra y <strong>del</strong> cielo. ¡Quiero verle!.<br />

EL CORO. — ¡Desgraciada!. ¡Detente!.<br />

EROS (sale <strong>del</strong> bosque bajo la forma de un adolescente alado). —<br />

¿Me llamas, Perséfona?. Aquí me tienes.<br />

PERSÉFONA (se vuelve a sentar). — Dicen que eres astuto y tu<br />

semblante es la inocencia misma; te dicen todopoderoso y pareces débil niño;<br />

te llaman traidor y cuanto más miro tus ojos, más se regocija mi corazón, más<br />

confianza adquiero en ti, hermoso mozo risueño. Dicen que eres sabio y hábil.<br />

¿Puedes ayudarme a bordar este velo?.<br />

EROS. — De buena gana: aquí estoy, cerca de ti, a tus pies. ¡Qué<br />

maravilloso velo!. Parece empapado en el azul de tus ojos. ¡Qué admirables<br />

figuras ha bordado tu mano, menos bellas que la divina bordadora, que no se<br />

ha visto nunca en un espejo!. (Sonríe malicioso).<br />

PERSÉFONA. — ¡Verme yo misma!. ¿Sería ello posible?. (Se<br />

ruboriza). ¿Pero reconoces tú estas figuras?.<br />

EROS. — ¿Que si las conozco?: la historia de los Dioses. Pero ¿Por<br />

qué detenerte en el Caos?. Ahí es donde la lucha comienza. ¿No tejerás la<br />

guerra de los Titanes, el nacimiento de los hombres y sus amores?.<br />

PERSÉFONA. — Mi ciencia se detiene aquí y me falta la memoria.<br />

¿No me ayudarás a bordar lo que sigue?.<br />

EROS (le lanza una mirada inflamada). — Sí, Perséfona; pero con<br />

313

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!