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Los Grandes Iniciados - Artículos del Escritor Laab Akaakad

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Edouard Schure – <strong>Los</strong> <strong>Grandes</strong> <strong>Iniciados</strong><br />

nos va a abrir los ojos. Más antes — porque no hay que hacer nada con<br />

precipitación — lavémonos con el agua sagrada. Porque se nos ruega que<br />

entremos con el corazón y las manos limpias en el recinto sagrado.<br />

Conducidos ante el hierofante, nos lee, en un libro de piedra, cosas que no<br />

debemos divulgar, bajo pena de muerte. Digamos sólo que ellas se armonizan<br />

con el lugar y la circunstancia. Reiríais quizá si las oyeseis fuera <strong>del</strong> Templo;<br />

pero aquí no tenéis ninguna gana de ello al escuchar las palabras <strong>del</strong> anciano,<br />

porque siempre se porta como tal, y al mirar los símbolos revelados. (<strong>Los</strong><br />

objetos de oro, encerrados en el canastillo, eran: la piña (símbolo de la<br />

fecundidad, de la generación), la serpiente en espiral (evolución universal<br />

<strong>del</strong> alma; caída en la materia y rendención por el espíritu), el huevo<br />

(recordando la esfera o perfección divina, objetivo <strong>del</strong> hombre). Y estáis<br />

muv lejos de la risa cuando Deméter confirma, por su idioma particular y sus<br />

signos, por vivos centelleos de luz, nubes amontonadas sobre nubes, todo lo<br />

que hemos visto y oído de su sacerdote sagrado; entonces, finalmente, la luz<br />

de una serena maravilla llena el Templo; vemos los puros campos de Elíseo;<br />

oímos el coro de los bienaventurados; entonces, no es solamente por una<br />

externa apariencia o por una interpretación filosófica, sino en hecho y<br />

realidad, como el hierofante se convierte en el creador (δηµιουργός) y el<br />

revelador de todas las cosas; el Sol sólo es su porta-antorchas, la Luna su<br />

oficiante cerca <strong>del</strong> altar, y Hermes su Heraldo místico. Pero la última palabra<br />

se ha pronunciado: Konx Om Pax”. (Esas palabras misteriosas no tienen<br />

sentido alguno en griego. Eso prueba, en todo caso, que son muy antiguas y<br />

vienen <strong>del</strong> Oriente. Wilford les da un origen sánscrito. Knox vendría de<br />

Kansha, significando: el objeto <strong>del</strong> más profundo deseo: Om de Oum, alma<br />

de Brahma, y Pax de Pasha, giro, cambio, ciclo. La bendición suprema <strong>del</strong><br />

hierofante de Eleusis significaba, pues: ¡Que tus deseos se cumplan; vuelve<br />

al alma universal!).<br />

El rito se ha consumado y nosotros somos Videntes (ςποπται) para<br />

siempre.<br />

¿Qué decía, pues, el gran hierofante?. ¿Cuáles eran esas palabras<br />

sagradas, esa revelación suprema?.<br />

<strong>Los</strong> iniciados aprendían que la divina Perséfona, que habían visto en<br />

medio de los terrores y suplicios de los infiernos, era la imagen <strong>del</strong> alma<br />

humana encadenada a la materia en esta vida, o entregada en la otra a<br />

quimeras y tormentos más grandes aún, si ha vivido esclava de sus pasiones.<br />

Su vida terrestre es una expiación o una prueba de existencias precedentes.<br />

Pero el alma puede purificarse por la disciplina, puede acordarse y presentir<br />

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