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Diccionario_Biblico

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Para una comprensión adecuada de ciertas profecías, hace falta darse cuenta de que comportan<br />

un cumplimiento progresivo, o varios cumplimientos progresivos y sucesivos. Por ejemplo, en<br />

Mt. 24 y Lc. 21, Jesús contempla en una misma panorámica dos acontecimientos semejantes,<br />

pero muy alejados en el tiempo; por una parte el sitio de Jerusalén en el año 70 d.C. y los<br />

sufrimientos padecidos por los judíos. Por otra parte el último asedio de Jerusalén por parte del<br />

Anticristo y la gran tribulación de Israel (véase TRIBULACIÓN [GRAN]). Ello no tiene nada de<br />

sorprendente: si vemos a distancia un macizo montañoso, dos de sus cadenas pueden parecernos<br />

una sola; en realidad, podemos constatar al acercamos que un profundo valle las separa. Es<br />

evidente que ciertas afirmaciones proféticas nos parecen oscuras, y sobre todo que su síntesis es<br />

difícil (los judíos se encontraban con fuertes dificultades, no comprendiendo el hecho de dos<br />

venidas separadas del Mesías, una primera en humillación, la segunda en gloria; particularmente,<br />

el pasaje de Is. 61:1-6 presenta este efecto de síntesis de eventos muy separados en el tiempo: los<br />

vv. 1-2a tratan de la primera venida del Señor, como lo prueba la cita que el Señor hace de esta<br />

subsección en Lc. 4:18-19, cfr. v. 21, en tanto que Is. 61:2b-6 se refiere «al día de venganza del<br />

Dios nuestro», el Día del Señor [véase DÍA DE JEHOVÁ]). La luz total no la tendremos hasta el<br />

cumplimiento integral del plan de Dios. Mientras tanto, sin pretender dogmatizar acerca de<br />

detalles, pero siguiendo con atención las grandes líneas de los propósitos de Dios, el creyente fiel<br />

se dejará conducir y corregir por el Señor en su escudriñamiento de las Escrituras, sin olvidar<br />

que «el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía» (Ap. 19:10).<br />

1094<br />

Bibliografía:<br />

Véase al final del artículo PROFETA.<br />

nom, PROFETA<br />

tip, PROF<br />

ver, PROFETAS, CANON<br />

vet,<br />

Aquel a quien Dios reviste de Su autoridad para que comunique Su voluntad a los hombres y los<br />

instruya.<br />

(a) Institución del profetismo:<br />

Dios prometió que Él suscitaría de entre el pueblo elegido a hombres inspirados, capaces de decir<br />

con autoridad la totalidad de lo que Él les ordenaría exponer (Dt. 18:18, 19). Moisés es el modelo<br />

de todos los profetas que lo siguieron, en cuanto a la unción, doctrina, actitud en cuanto a la Ley<br />

y la enseñanza. Sobre varios puntos hay unas analogías notables entre Moisés y Cristo (v. 18;<br />

Hch. 3:22, 23). Zacarías habla asimismo de esta autoridad característica: el Espíritu de Dios ha<br />

inspirado a los profetas aquello que debían decir al pueblo; los acontecimientos preanunciados<br />

han sido cumplidos (Zac. 1:6; 7:12; Neh. 9:30). Es Dios sólo quien ha elegido, preparado y<br />

llamado a los profetas; la vocación de ellos no es hereditaria, sino que con frecuencia encuentra<br />

al principio una resistencia interna (Éx. 3:1-4:17; 1 S. 3:1-20; Jer. 1:4-10; Ez. 1:1-3:15).<br />

La Palabra del Señor, transmitida a los profetas de diversas maneras, queda confirmada mediante<br />

señales, por el cumplimiento de las predicciones, y por la conformidad con las enseñanzas de la<br />

Ley. Dios pedirá cuentas al hombre por su obediencia o desobediencia con respecto a la Palabra<br />

transmitida por Sus siervos (Dt. 18:18-19, cfr. v. 20 y Dt. 13:1-5).<br />

(b) Falsos profetas.

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