28.02.2018 Views

Diccionario_Biblico

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

serían cumplidas sólo por Cristo. Así, David puede decir: «El Espíritu de Jehová ha hablado por<br />

mí, y su palabra ha estado en mi lengua» (2 S. 23:1, 2). Con respecto al orden en que se hallan<br />

los salmos, se ha intentado por parte de algunos autores disponerlos en un supuesto orden<br />

cronológico. Sin embargo, su ordenación sigue un criterio fijado con un propósito concreto<br />

(véase más adelante), y evidentemente la fijación de este orden, para el culto del Templo de<br />

Zorobabel, fue guiada por Dios y goza de la sanción profética, además de la del mismo Señor<br />

Jesucristo (véase CANON).<br />

No se debe olvidar que los profetas del AT no llegaron a alcanzar qué «indicaba el Espíritu de<br />

Cristo que estaba en ellos» (1 P. 1:11). La experiencia propia de David no le hubiera llevado a<br />

poner por escrito el contenido del Sal. 22. Pero, siendo profeta, es evidentemente el Espíritu de<br />

Cristo en él que le dio las palabras que serían pronunciadas por Cristo desde la cruz. Tenemos<br />

aquí un claro ejemplo de un salmo profético. Es indudable que el espíritu profético se hace<br />

presente en todos ellos.<br />

Siendo que la principal característica de los Salmos es la profética, presentan por ello un aspecto<br />

enteramente diferente del que muchos le atribuyen como libro de experiencia cristiana. La piedad<br />

que se respira en los Salmos es siempre edificante, y la profunda confianza en Dios que en ellos<br />

se expresa bajo pruebas y dolores ha alentado el corazón de los santos de Dios en todo tiempo.<br />

Estas experiencias santas han de ser preservadas y abrigadas. Sin embargo, un hecho que ha<br />

provocado no pocas perplejidades y problemas para muchos es la presencia de los salmos o<br />

pasajes imprecatorios, en los que se pide a Dios la destrucción de los propios enemigos. La<br />

presencia de frases como «dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña» (Sal.<br />

137:9), imprecación dirigida contra Babilonia, la destructora de Jerusalén, no concuerda con el<br />

carácter del cristianismo. El cristiano es embajador de Dios en «gracia». La solución no reside<br />

tampoco en «espiritualizar» este tipo de expresiones, porque queda en pie que el espíritu en que<br />

fueron proclamadas era el de venganza. Sin embargo, estas imprecaciones sí son inteligibles con<br />

respecto al futuro, cuando el Día de la Gracia habrá llegado a su fin, y cuando el Señor, en medio<br />

de juicios, frente a una apostasía universal y ante una oposición total, obrará mediante la<br />

destrucción de Sus enemigos la liberación de Su pueblo terrenal (véanse ESCATOLOGÍA,<br />

ISRAEL [EL PUEBLO DE], MILENIO, TRIBULACIÓN [LA GRAN]).<br />

A no ser que se reconozca la diferencia de carácter entre los Salmos, con su perspectiva de<br />

retribución, y el cristianismo, que se enmarca en la presente era de gracia y que debe reflejar este<br />

mismo carácter de gracia, no se podrá apreciar la luz plena de la redención y del puesto del<br />

cristiano en Cristo; el lector de los Salmos puede, en tal caso, ser presa de un espíritu legalista.<br />

Con ello, el progreso del cristiano en el camino y actitud de la gracia puede quedar frenado, y se<br />

puede dejar de comprender el verdadero mensaje de los Salmos, con los sentimientos de Cristo<br />

en su verdadera aplicación. Cuando se tienen en cuenta la actitud de los judíos contra el Señor, y<br />

su tenaz oposición al Mesías de ellos, que persiste hasta el día de hoy, los Salmos dan una<br />

relación de los sentimientos de ellos cuando, bajo tribulación, sus ojos serán abiertos para ver<br />

que fue ciertamente su propio Mesías a quien ellos crucificaron (cfr. Zac. 12:10; 13:5-6; Dn.<br />

9:26). Grande será también la persecución que sufrirán desde fuera, pero Dios preservará un<br />

remanente y lo introducirá a la bendición. Cristo entra en todas sus angustias, y sufre en simpatía<br />

con ellos. Todas estas cosas, y las experiencias por las que pasarán, son expuestas en los Salmos.<br />

Pero estas experiencias no son, propiamente hablando, del mismo carácter que las de los<br />

cristianos, aunque los cristianos sí pueden sacar grandes enseñanzas y aplicaciones prácticas de<br />

los Salmos (cfr. Ro. 15:4).<br />

1214

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!