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Diccionario_Biblico

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(B) la tradición judía que relata que Isaías murió mártir bajo el reinado del impío Manasés.<br />

Según esta tradición, fue condenado a muerte por haber osado decir que había visto a Dios (Is.<br />

6), y por haber comparado Jerusalén con Sodoma y Gomorra (Is. 1:9; 3:9). Otra tradición dice<br />

que fue muerto por haber añadido, con sus oráculos, a la Ley de Moisés, o por haberla<br />

contradicho. Poco importa por qué, lo que parece cierto es que murió mártir, y se cuenta que,<br />

habiéndose refugiado el profeta dentro del tronco hueco de un cedro, el rey dio orden de serrar el<br />

árbol con él dentro. Es posible que sea a este hecho al que se hace alusión en He. 11:37.<br />

El reinado de Ezequías fue de 29 años (2 Cr. 29:1), por lo que la actividad de Isaías debió de ser<br />

ejercida durante alrededor de 60 años, desde la muerte de Uzías, en el año 758 a.C., hasta el<br />

inicio del reinado de Manasés, en el año 698 a.C. Si se supone que el profeta tenía solamente 20<br />

años cuando fue llamado, su vida se prolongó alrededor de 80 años, y la fecha de su libro puede<br />

situarse entre los años 750 y 700 a.C.<br />

581<br />

(b) MARCO HISTÓRICO.<br />

Isaías era del reino de Judá, y allí profetizó, en uno de los períodos más críticos de la historia de<br />

su país. Para comprender su mensaje, es preciso tener conocimiento de esta historia. A<br />

continuación se da el resumen de las monarquías citadas por el mismo profeta (Is. 1:1).<br />

El reinado relativamente pacífico de Uzías (cfr. 2 R. 16:3; 2 Cr. 26:1, 23) fue seguido por una<br />

serie de calamidades (2 Cr. 26:16-23). Bajo el reinado de Jotam, Rezím, rey de Damasco, y Peka,<br />

rey de Israel, habían tratado de destruir el reino de Judá (2 R. 15:37; 16:5). La lucha se prolongó<br />

hasta dentro del reinado de Acaz. Es en esta época que Isaías profetizó la cercana caída de los<br />

enemigos de Judá y la ascensión del poder de Asiria (Is. 7-8). Poco después, los acontecimientos<br />

confirmaron su predicación: Siria y Samaria fueron invadidas por Tiglat-pileser y Damasco fue<br />

tomada (732 a.C., cfr. 2 R. 16:7; 15:29; 2 Cr. 28:16; Is. 17:1, 3). Diez años más tarde, se<br />

precipitó la caída del reino del norte, cayendo Samaria en el año 722 mientras Ezequías reinaba<br />

en Judá (2 R. 17:3; 18:9; Is. 28:1). Sargón emprendió una campaña contra Palestina y Egipto (Is.<br />

10; 20). Después, Senaquerib invadió Judá en el año 701 a.C., poniendo sitio a Jerusalén, sitio<br />

que tuvo que levantar debido a una intervención milagrosa del Señor (Is. 14:24, 27; 17:12, 14;<br />

38; cfr. 2 R. 18:13; 19:37). Entonces el profeta proclamó la caída del imperio asirio; estaba<br />

resurgiendo el imperio babilónico, y en su búsqueda de grandeza trataba de hallar aliados.<br />

Incluso envió una delegación a Ezequías (2 R. 20:12-13).<br />

(c) MENSAJE DE ISAÍAS.<br />

Llevado por el Espíritu, Isaías denuncia las infidelidades de su pueblo. Ve en estas infidelidades<br />

la causa básica de las desventuras que cayeron sobre el reino del norte de Israel, amenazando a<br />

Judá con un castigo semejante en un término más o menos largo. Profeta de Judá, reprochó a su<br />

pueblo por su superstición, su formalismo, su idolatría, su crueldad, su inmoralidad y codicia.<br />

Pero también ataca los pecados de los enemigos de Judá (Babilonia, Is. 13; 24; 47; Tiro, Is. 23;<br />

Asiria, Is. 10; 33; Edom, Is. 34-35).<br />

De todas formas, su mensaje no deja de dar una nota de esperanza. Esta nota de esperanza<br />

domina su obra. Si predice a su pueblo el cautiverio y los prolongados sufrimientos, anuncia<br />

también el retorno del exilio y la liberación (Is. 40). Llega incluso a precisar el nombre del<br />

liberador, y ello dos siglos antes de su nacimiento, en la persona de Ciro (Is. 44:28; 45:1, 13). Y,<br />

más allá de la visión de la liberación de Judá y su restauración (Is. 44; 45; 60; 61), el profeta,<br />

cuyo mensaje es esencialmente mesiánico, tiene la visión sublime del Siervo de Jehová. Este<br />

«Ebed Yahveh» vendrá, no sólo para socorrer a Israel, sino para dar a todos los pueblos de la

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