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PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

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del sentido del humor. Aparece sólo en boca de los graciosos de la comedia, y siempre<br />

en tono de chanza. Parodia que se basa en la condición de Baco como dios del vino, que<br />

es rebajado en Calderón a algo así como el patrón de los borrachos. En El mayor<br />

encanto, Amor, Clarín invoca al dios, con no mucho respeto, en medio de una tormenta:<br />

¡Piedad, Baco divino! / No muera en agua el que ha vivido en vino (1510). Vuelve a<br />

estar Baco en boca de personajes de baja estofa, en Los tres mayores prodigios, en este<br />

caso en la del rústico Sabañón: …así estoy, / borracho de la cabeza / … / …¿Qué tierra<br />

es esta? / decid, dios Baco, pues sois / mi abogado (1556). También con intención de<br />

motivar la risa se expresa Sátiro en Apolo y Clímene: A la taberna / dijera yo, que es la<br />

ermita / donde sus lámparas ceban / los feligreses de Baco… (1819). Chato, en La hija<br />

del aire, refrenda sus palabras con la autoridad de los sacerdotes de su devoción: A un<br />

sacerdote oí / del dios Baco el otro día… (719). En La fiera, el rayo y la piedra, el<br />

gracioso Lebrón expresa su fidelidad al dios vinoso: Señor, por un solo Baco / (que es el<br />

dios con quien yo tengo / mis trabacuentas en cuantas / ermitas suyas encuentro)…<br />

(1608). Rústico, gracioso de la comedia en El laurel de Apolo, asocia a Baco con Ceres,<br />

su divinidad complementaria (la del pan): ¡Valedme, / dioses de mi devoción, / pues que<br />

lo sois, Baco y Ceres, / en este aprieto…! (1758). También tenemos simples<br />

invocaciones al dios, siempre lanzadas por personajes rústicos, del tipo de la que<br />

aparece en Celos, aun del aire, matan: Por Baco, que ella es por ella (1809). En La<br />

estatua de Prometo se siguen haciendo gracietas alrededor de Baco con un ocurrente<br />

juego de palabras: A mí el gran Baco, deidad / más devota, pues es llana / cosa que él<br />

solo entre todas / deidad de-bota es (2079). De parecido tono, jugando con la<br />

contraposición agua-vino, encontramos otra referencia al dios en Ni Amor se libra de<br />

amor: Baco mío, no consientas / que quien tan cofrade tuyo / vivió en vino, en agua<br />

muera (1958). Muy similar es otra ocurrencia jocosa en El monstruo de los jardines:<br />

De un cofrade de Baco, que ha salido / por no hacerle traición, del mar a nado, / pues<br />

el no beber agua le ha escapado (1985). En Amado y Aborrecido se le hace a Baco<br />

poco menos que el patrón del lumpen: Juro a Baco, que es el dios / por quien los<br />

pícaros juran… (1692). Cuesta conciliar todos estos divertidos testimonios, prueba del<br />

talento (incluso de la inclinación) para el humor que nuestro dramaturgo demuestra en<br />

muchas de sus obras, con la tradicional imagen de ceñudo moralista a la que muchas<br />

veces se le ha querido reducir.<br />

B] Calderón, según vemos en esta amplia muestra, limita el personaje mitológico de<br />

Baco a un simple tópico paródico, pues nada de su leyenda se aprovecha que no sea su<br />

relación con el vino. Severa reducción de la deidad que inspiró obras de la fuerza<br />

dramática de Las Bacantes de Eurípides 233 . El corifeo le insta en esta tragedia a Penteo a<br />

recibir al dios porque: Dioniso no es inferior a ninguno de los dioses. En ningún autor<br />

de la Antigüedad grecolatina encontramos algo parecido a la caricatura calderoniana, ni<br />

siquiera como invocación en la comedia romana, donde las expresiones triunfantes eran<br />

Por Pólux, Por Hércules, o Por los dioses inmortales.<br />

C] En el Siglo de Oro español la figura de Baco es aprovechada en general del modo en<br />

que lo hace Calderón, y ello a pesar de que disponía de una detallada exposición de su<br />

leyenda (desde su nacimiento de Sémele hasta la variedad de sus apelaciones) en<br />

mitografías tan cercanas como la de Pérez de Moya 234 . Así, por ejemplo, lo encontramos<br />

en La ilustre fregona, una de las Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes, con una<br />

233 E. Ba. 777 Διόνισος ἥσσων οὐδενὸς θεῶν ἔφυ.<br />

234 PÉREZ DE MOYA, Filosofía secreta, II, 28.<br />

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