PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

mito que más impronta dejó en la obra de Calderón en relación con la Luna, nos cuenta
el bachiller jienense que el dios pastoril sedujo a la Luna con un vellón de lana blanca, y
nos remite al pasaje de Virgilio comentado. Por lo demás, la asociación de Diana con la
Luna es muy común en nuestro Siglo de Oro y menudean los ejemplos. Nos vamos a
quedar con uno de Góngora 611 , en el que sublima la belleza de una joven utilizando
como metáfora a los dos hijos de Latona, que son, al mismo tiempo, los dos cuerpos
celestes más familiares al hombre: Donde la ninfa es Febo y es Diana / que en sus ojos
del Sol los rayos vemos, / y en su arco los cuernos de la Luna.
MARTE (Ἄρης, Mars) Total menciones: 205
MEA (4) TMP (38) HDA (8) AYA (1) FRP (2) FAP (1) CAM (1)
PDR (106) HSF (1) ALA (1) MDJ (28) FAM (3) FCF (2) EDP (2)
EDJ (3) EDO (1) VDP (3)
ADONIS / BELONA / MEDEA / VENUS
A] Como cabía esperar de una de las grandes divinidades del panteón grecorromano (y
más de la que significa la guerra, concepto tan familiar en el mundo antiguo como en la
época de Calderón), las menciones a Marte aparecen en un buen número de las obras
calderonianas objeto de nuestro examen. Pero si nos fijamos con un poco más de
detenimiento, veremos que la mayor parte de ellas son alusiones episódicas y muy
esquematizadas al dios de la guerra, y que éste se utiliza como referencia importante
tan sólo en una de las composiciones.
En El mayor encanto, amor, Marte no es más que un sinónimo literario para designar la
guerra. Cuando Circe ve atacados sus palacios por el despechado Arsidas, llama a sus
sirvientas a la guerra tomando al dios como símbolo: Y porque entre tantas sombras /
vivas escuadras no falten, / todas vosotras armadas / con escudos de diamante, / galas
desnudas de Venus, / túnicas vestid de Marte (1539). Mayor peso en el argumento tiene
el dios en Los tres mayores prodigios. En la primera jornada, basada en el ciclo de los
Argonautas, Marte es citado con frecuencia, pues Friso le ha dedicado el famoso
vellocino de oro, cosa que desagrada profundamente a Medea. Marte, por su parte,
acepta el don que le dedica Friso, y para que nadie lo pueda hurtar, lo posa en un roble
defendido por una terrible serpiente y dos toros metálicos que echan fuego. El dios
vengará el menosprecio que le ha dedicado Medea a través de Venus y Amor, los cuales
harán que la joven conciba una pasión irresistible por Jasón. Es interesante a este
respecto ver lo consolidada que estaba en la tradición literaria la pareja Venus-Marte, a
pesar de que su relación arranque del famoso adulterio homérico (Que en Marte ofendes
advierte, / a Marte, Venus y Amor 1551). Con todo, Medea no le tiene miedo al dios,
como tampoco, imprudentemente, teme a Venus y a Amor: Pues muestre Marte el
furor, / Venus y Amor el rigor, / que no hayas miedo que tuerza / mi altivez, beldad y
fuerza, / por Marte, Venus y Amor (1551). Naturalmente, la venganza de los dioses se
consumará sin remedio. Por otra parte, las referencias a Marte aparecen adornadas de
los epítetos tradicionales que hunden sus raíces en la concepción que del dios se tenía en
el mundo grecorromano (Marte tremendo. / Marte fuerte. 1551; Marte horrendo, 1553).
611 GÓNGORA, Sonetos completos, 12, 12-14.
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