PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

uena cabalgadura, como pone de manifiesto Cervantes 762 en la presentación de
Clavileño, en la que se citan algunos de los más ilustres caballos de la historia, real y
mítica: El nombre –respondió la Dolorida– no es como el caballo de Belerofonte, que
se llamaba Pegaso, ni como el del Magno Alejandro, llamado Bucéfalo… Pero debe ser
innovación calderoniana el que Pégaso estuviera confinado en el monte Parnaso.
HSF (17) MDJ (2)
PELEO (Πηλεύς, Peleus) Total menciones: 19
AQUILES / ÉPAFO / FAETÓN / TETIS
A] En El hijo del Sol, Faetón el nombre de Peleo se atribuye a dos personajes, uno
actuante en la comedia, y otro como simple referencia. El que interviene en la comedia
aparece en su inicio con otro nombre, Épafo, rivalizando con su supuesto hermano
Erídano-Faetón por el amor de Tetis, que ha llegado a la costa sobre una concha. Tetis,
deidad marina, trata de cobrarse una pieza en tierra, para no ser menos que Diana, que
ha abatido a Delfino, un monstruo marino. Sin embargo, el espanto que le produce la
bestia (que no es otra que una Clímene desastrada) hace que se desmaye ante ella. De
esta peligrosa situación la rescata Erídano-Faetón, que antes había salvado también a
Admeto. Pero los merecimientos de ambas acciones van a parar injustamente a Épafo-
Peleo. Esta circunstancia, a pesar de su buena disposición por aclarar el malentendido
(Advierte que / yo esa fineza no hice 1870), hace que la rivalidad entre los dos jóvenes
vaya creciendo hasta el enfrentamiento, tanto que al final vienen a luchar entre sí, y sólo
la presencia de Admeto y Erídano-anciano logra separarlos. Es en esa situación cuando
Admeto repara en que el puñal que usa Épafo-Peleo tiene el anagrama de Peleo (padre
de Admeto y abuelo de Épafo), lo que da ocasión a Erídano-anciano de explicar el
misterio del puñal: cuenta que tiempo atrás encontró a una mujer y a un pequeño niño a
la deriva en una barca, con el mismo puñal que porta el joven y que llevaban como
única señal de identificación. Admeto certifica este relato añadiendo que la mujer y el
niño abandonados en la barca eran Erífile y Épafo. Admeto, prisionero de Anfión (padre
de Erífile), tuvo con la hija de éste a Épafo, pero el padre de la joven no consintió en su
unión, y Admeto sólo pudo preservar la vida de su mujer y su hijo dejándolos a su
suerte en una barca, y con el puñal como señal. Fueron recogidos por Erídano-anciano,
quien se ocupó del infante al morir su madre. Revelado el misterio, Admeto acoge a
Épafo como su heredero y cambia su nombre por el de su abuelo, Peleo (...te han de
admitir mis vasallos / por mi hijo y mi heredero, / conmigo a la corte ven, / donde te
aclame mi reino / príncipe suyo trocando / de Epafo el nombre en Peleo… 1875). Épafo
invita a Faetón a figurar como su hermano, pero éste se resiste, al intuir un origen aún
más glorioso.
Su rivalidad se acentúa cuando Erídano-Faetón se entromete entre Tetis y Peleo y,
también, entre ellos y la bestia que tratan de cazar y que no es otra que su madre
Clímene. Mientras Faetón sigue avanzando en el conocimiento de su verdadero origen,
Peleo se va tornando cada vez más agresivo en sus requerimientos a Tetis, celoso de la
inclinación que ésta muestra por Faetón, hasta el extremo de tramar con Amaltea el
rapto de la joven para satisfacer su deseo (Vea Faetón que me nombro, / si él el Sol, yo
su Proteo, / pues su mejor luz le robo 1901). Cuando Faetón ya ha sido reconocido
762 CERVANTES, Don Quijote de la Mancha, II, XL.
288