PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

poder que Semíramis hace de su hijo, cuando la reina trata de legitimar su mando
quitándose el disfraz y mostrando su verdadera identidad, presentando a Ninias como
heredero. En realidad, con esta deriva argumental, lo que trata Virués es de dar una
vuelta de tuerca más a la demoniaca faz de Semíramis, haciéndola concebir una pasión
incestuosa por su hijo. Ninias, consciente de las intenciones de su madre, y en escenas y
discursos de patetismo desbordado, acaba por asesinar a su propia madre. Calderón, con
buen juicio, prescinde de todo ese exceso dramático, y también da un giro radical al
personaje de Ninias, al que presenta como un gobernante sensato que devuelve la
legitimidad a la monarquía, a diferencia del dramaturgo valenciano, que lo hace digno
sucesor de su madre, simulando su crimen con unas increíbles dosis de cinismo que no
dejan ninguna salida positiva al conflicto dramático. Fuera de la pluma de Virués, y de
la comedia perdida de Lope de Vega, que sería un interesante punto intermedio entre el
levantino y Calderón, Ninias, como personaje secundario del mito, no tiene una
presencia significativa en nuestra tradición literaria áurea.
HDA (175)
NINO (Νίνος, Ninus) Total menciones: 175
MENÓN / NINIAS / SEMÍRAMIS
A] La hija del aire es la única obra en la que aparece este personaje, como la mayor
parte de los relacionados con el mito de Semíramis, un tanto aislado (por su origen
oriental, su condición pseudo-histórica y su fuente original helenística) del resto de las
leyendas míticas que aprovecha Calderón en sus obras. Comienza la comedia con la
gloriosa aparición de Nino, rey de Siria, que regresa victorioso de la guerra. El alboroto
de la celebración llega a oídos de Semíramis, hermosa joven que, para evitar que se
consumen los hados asociados a ella, está encerrada bajo la custodia del anciano
Tiresias, y de cuyo alto destino y ambición comenzamos a tener atisbos. Nino, por su
parte, determinado a reinar en Nínive, ordena a su fiel general, Menón (que además está
enamorado de la hermana del rey, Irene), que se quede como valido suyo en Escalón.
Menón es informado de las particularidades del lugar y, entre otras cosas, del pequeño
templo de Venus, al que no le deja acceder Tiresias. A pesar de las advertencias del
anciano adivino, que llega a suicidarse cuando percibe la inquebrantable determinación
del joven, acaba por encontrarse con Semíramis, de la que rápidamente se enamora.
Pero cuando acude a pedir permiso al rey Nino para su boda, encarece tanto la belleza
de la muchacha, que cuando el rey se encuentra casualmente con ella (que además le
salva accidentalmente la vida), queda totalmente prendado de su encanto y se la arrebata
a Menón con contundentes advertencias (Repara / que te quebraré los ojos / si te
atreves a mirarla 738). Como Menón se resiste a renunciar a Semíramis, Nino lo
somete a una progresiva degradación que le deja sin ningún honor ni privilegio. A punto
está de matarlo, pero lo mantiene con vida por intercesión de Semíramis, aunque el rey
ordena que le saquen los ojos. Una vez libre del obstáculo de Menón, la insaciable
ambición de Semíramis irá minando la voluntad de Nino. Para empezar, ella no le
permite ser su amante (amenazándole con el suicidio) si no se casa con ella y la
encumbra como reina consorte. Menón, que con la ceguera ha cobrado el don del
vaticinio, le augura al rey un negro destino, pues Semíramis Soberbiamente ambiciosa, /
al que ahora te constituye / Reina, tú misma des muerte / y en olvido le sepultes… (750).
La primera parte de la tragedia es la historia de la imparable ascensión de Semíramis, a
la que encontramos en la cima de su poder al comienzo de la segunda parte, cuando se
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