PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

Perseo, y las acechanzas de Discordia para evitar que el héroe cumpla con su glorioso
destino. Conforta a Perseo ante los retos que le esperan (Ama, espera y confía; / porque
no puede / el que vence sin riesgo, / decir que vence 1668) y le da los medios, junto con
Palas, para vencer a Medusa: Mercurio le prestará su caduceo, con el que adormirá a las
otras dos Górgonas, y Palas le da el escudo en que se reflejará el rostro de Medusa.
Calderón, a través de Perseo, describe con brillantez al dios: ¿Quién eres, que
tremolando / los alados martinetes / del sombrero y del coturno, / vuelas pájaro
celeste? (1667).
Una mención más superficial y estereotipada es la que hallamos en el auto sacramental
El verdadero dios Pan, cuando Idolatría repasa las atribuciones de los dioses: …a
Neptuno mares y aguas, / a Mercurio artes y ciencias, / a Marte atuendos y armas…
(1245). En Andrómeda y Perseo la traducción del dios mensajero al ámbito cristiano no
puede ser otra que un ángel, un mensajero divino. Esta función asume cuando, tras una
larga explicación de las consecuencias de sus actos, destierra a Andrómeda del paraíso.
El dios vuelve a ayudar al héroe en su enfrentamiento (mística lid, como la denomina
nuestro dramaturgo) con Medusa, aunque aquí sus virtudes se empiezan a teñir de
valores teologales: Minerva, que de las Ciencias / Deidad apellida el ocio, / me dio el
cristalino escudo; / Mercurio, en las artes docto, / el templado acero (1703).
B] El Hermes mensajero divino aparece ya en el comienzo de la Odisea 633 , cuando los
dioses lo envían ante Calipso para instar a la hermosa ninfa a dejar marchar a Ulises.
Atenea es quien sugiere a su padre la idea: Hagamos ir de inmediato al mensajero
Argifontes a la isla de Ogigia para que comunique nuestra voluntad a la ninfa de
hermosas trenzas. A lo largo de los poemas homéricos simultanea esta labor con la de
psychopompós o conductor de las almas al Hades. En Hesíodo 634 se da noticia de su
genealogía, hijo de Zeus y la atlántide Maya, y se le denomina heraldo inmortal. Su
mito se desarrolla con demora en el himno homérico 635 a él dedicado, y ya no deja de
aparecer en la tradición literaria, tanto antigua como moderna.
C] Pérez de Moya 636 le dedica un amplio artículo a Mercurio, en el que, tras detenerse
en una compleja explicación de sus cinco identidades, ofrece su descripción
iconográfica y alguno de sus epítetos más frecuentes: Pintan a Mercurio con alas o
talones a los pies; llamáronlo trotero, corredor, mozo, desbarbado, labrador,
mensajero de los dioses. Calderón saca provecho de la cualidad de Mercurio como guía
de las almas al infierno, condición en la que se basa el Diálogo de Mercurio y Carón, la
obra política de Alfonso de Valdés 637 , que comienza con las albricias del dios
transportador de las almas al barquero del infierno por la gran cantidad de muertos que
producirá el desafío que al emperador Carlos han presentado Francia e Inglaterra.
633 Od. I 84-86 Ἑρμείαν μὲν ἔπειτα, διάκτορον Ἀργειφόντην, / νῆσον ἐς Ὠγυγίην ὀτρύομεν, ὄφρα
τάχιστα / Νύμφη ἐυπλοκάμῷ εἴπῃ νημερτέα βουλήν…
634 Hes. Th. 939 κήρυκ᾿ ἀθανάτων.
635 H. Merc. passim.
636 PÉREZ DE MOYA, Filosofía secreta, II, 23.
637 VALDÉS, Diálogo de Mercurio y Carón.
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