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PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

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espléndido palacio rodeado de fastuosos jardines. Pero su señor, Cupido, no aparece<br />

hasta la noche, apagando la luz para no ser visto. Y explica esta extraña conducta a<br />

Psiquis: FE.- ¿Luego a oscuras de mí has de hablar? CUPIDO.- Sí, que Misterios<br />

Sagrados, / se han de creer a ojos cerrados (355). Añade a esto Cupido un relato sobre<br />

la redención del alma humana, acabando por señalar a su palacio como la Nueva<br />

Jerusalén que aparece en el Apocalipsis. Y le advierte que los honores y goces de que<br />

disfruta los puede perder, pues …el día / que dudes cuanto es / verdad esta Verdad /<br />

perderás todo el Bien (356). Fe acata esta condición, y asegura que se reducirá al<br />

sentido del oído, pero le suplica a Cupido que la grandeza de su estado pueda ser<br />

conocida por su infausta familia. Cupido lo acepta, pues No fueras Fe verdadera, / a no<br />

ser comunicada / a los extraños (357). El dios cumple su promesa y les hace llegar a la<br />

isla. Todos ellos quedan asombrados de la magnificencia del palacio y quieren saber<br />

quién es su dueño. Sus hermanas, traspasadas por la envidia, comienzan a inocular la<br />

duda en el espíritu de Fe (IDOLATRÍA.- Amante que no se deja / ver della, defecto guarda<br />

359). Este y otros argumentos similares logran minar la fortaleza de Fe, que con la<br />

complicidad de Libre Albedrío determina descubrir el rostro de su esposo. Cupido,<br />

conocedor de esta debilidad, pone a prueba a Fe simulando estar dormido, y la<br />

sorprende en el intento de quitarle el velo. Es en este momento cuando, entre grandes<br />

prodigios naturales, se desvanecen el palacio y los jardines. Al darse cuenta de su falta,<br />

Psiquis muestra arrepentimiento y Cupido la perdona. Todos quedan espantados ante la<br />

demostración de poder del dios, y el Mundo acaba expresando la esperanza de que<br />

algún día todos sean miembros de la Iglesia, la casa común.<br />

Fuera de estas apariciones, Cupido es citado con frecuencia, normalmente asociado a<br />

Venus de manera bastante estereotipada como símbolos ambos del amor y sus deleites.<br />

En Apolo y Clímene Fitón les promete a los dos amantes que dan título a la comedia su<br />

protección en la selva, en la que podrán dar rienda suelta a su amor: …y porque no os<br />

disguste / la soledad de los montes, / veréis cómo sustituye / al alcázar de Diana / el de<br />

Venus, en quien suple / Cupido cuantas delicias / Elíseos campos incluyen (1855).<br />

Cupido, por otra parte, suele ser también objeto de burla de los graciosos, como sucede<br />

en el Laurel de Apolo, donde se le llama Escopido, o en Celos, aun del aire, matan, en<br />

la que también se degrada su nombre: Copido (1790).<br />

B] Para un comentario general de las fuentes griegas y latinas, cf. Amor y Anteros. Al<br />

recrear, en tres composiciones, la leyenda de Psique y Cupido, nuestro dramaturgo<br />

asumió el reto de adaptar uno de los mitos más hermosos legados por la Antigüedad<br />

grecorromana. Su relato se ha transmitido de manera muy compacta, pues la historia<br />

quedó modelada con una gran coherencia interna, primorosa calidad artística y una<br />

atrayente atmósfera mística en la obra del novelista romano Apuleyo 320 . La poca<br />

variabilidad de la leyenda hace que Calderón siga con más fidelidad que en otros<br />

dramas de contenido mítico la tradición heredada. Por otra parte, Cupido aparece con la<br />

caracterización tradicional de su arco y sus flechas, y en ella se adivina la influencia de<br />

las Metamorfosis de Ovidio, donde se narra con brillantez el efecto de sus dos tipos de<br />

flechas en el capítulo dedicado a los amores de Apolo y Dafne.<br />

C] No sería sensata la menor pretensión exhaustiva en el rastreo de un personaje tan<br />

cultivado, tanto en las fuentes antiguas como en nuestra literatura del Siglo de Oro.<br />

320 Apul. Met. IV; V; VI.<br />

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