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PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

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la Arcadia vio… (EYN, 1907). Pastores que toman parte en los episodios de galanteo<br />

típicos del drama no religioso de la época, y que son el principal elemento amplificador<br />

de nuestras comedias. A la ninfa se le cae un listón del cabello, y se establece una porfía<br />

entre sus admiradores por su posesión. El tono de la protesta de uno de ellos no ofrece<br />

dudas: Tu beldad / me perdone, y no me impida / el quedar con el listón, / ya que<br />

habiéndose caído / de tu cabello, yo he sido / el que en aquella ocasión / le llegó a alza<br />

el primero (EYN, 1911). Ceremonias de cortejo que ensanchan la leyenda hacia un<br />

territorio advenedizo a la fuente clásica, pero muy del gusto del momento.<br />

Pero es aún mayor la fuerza de arrastre que sobre el mito ejerce el propio universo<br />

temático de Calderón: Narciso asume una personalidad segismundiana, es decir, es la<br />

típica criatura calderoniana que ha sido aislada del mundo y sus peligros para evitar que<br />

sobre ella caiga el terrible peso del destino, y cuya ansia de libertad y conocimiento se<br />

rebela ante esas limitaciones: Pues ¿Por qué, madre, me quitas / la libertad, y me<br />

niegas / don que a sus hijos conceden / un ave y una fiera, / patrimonio que da el cielo /<br />

al que ha nacido en la tierra? (EYN, 1909). Para encajar estos elementos en el estambre<br />

dramático, nuestro autor violenta aún más la tradición mítica, convirtiendo a la ninfa<br />

Liríope en una mujer tan asilvestrada en su aislamiento que llega a ser confundida con<br />

una fiera, recurso dramático muy del gusto de nuestro poeta, pero sin la menor<br />

apoyatura en la tradición clásica.<br />

Esta expansión conceptual del mito implica otro rasgo muy típico del imaginario<br />

calderoniano: el confinamiento de Narciso es consecuencia de la culpa heredada de una<br />

concepción violenta. Liríope explica que fue forzada por Céfiro (en Ovidio su padre es<br />

el río Cefiso, y en su concepción no se menciona atropello alguno), cuyas palabras dejan<br />

claro el acto de fuerza: «Lo que no han podido / rendimientos conseguir, / consíganlo<br />

las violencias» (EYN, 1913). Un suceso previo a su nacimiento que contamina el<br />

destino vital de Narciso con una mancha indeleble.<br />

Pero esta vasta ampliación del mito hacia los intereses dramáticos e ideológicos del<br />

autor nunca rompe del todo las amarras con la leyenda antigua, y esta tensión entre la<br />

fidelidad a la fuente y la innovación es una de las claves para entender y disfrutar de<br />

este tipo de recreación mitológica. Igual que en la tradición, Tiresias vaticina a Liríope<br />

que tendrá un hermoso hijo, pero que Una voz y una hermosura / solicitarán su fin /<br />

amando y aborreciendo. / Guárdale de ver y oír (EYN, 1914). Nuestro dramaturgo, en<br />

una explotación magistral de la escueta narración antigua, añade al clásico ver, el<br />

novedoso oír, y completa así las dos percepciones sensoriales fundamentales,<br />

haciéndolas emblema de los atractivos del mundo exterior. Cuando la historia se va<br />

acercando a su final, leyenda mítica y versión calderoniana se van reconciliando hasta<br />

coincidir en su desenlace, con Eco reducida a su voz y Narciso prendido de su propia<br />

imagen hasta morir y ser transformado en una bella flor.<br />

Calderón ha tomado de Ovidio la estructura básica del mito y sus personajes<br />

fundamentales (Narciso, Eco, Liríope y Tiresias), pero ha reelaborado todo este<br />

material, amplificándolo de manera notable. Esta prolongación del mito, según hemos<br />

visto, se hace en virtud de dos requerimientos esenciales: el primero, la adaptación al<br />

género de la comedia (no sólo en cuanto a la extensión de la obra, sino también en<br />

aspectos como las sofisterías cortesanas que tan mal casan con el mito clásico); el<br />

segundo, más significativo y original, al mundo ideológico de nuestro poeta, a su<br />

poderoso imaginario filosófico y moral (el peso del destino, el libre albedrío, la culpa<br />

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