PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

B] Ya hemos visto en otras referencias relacionadas con el ciclo de los Argonautas
cómo la fuente principal de todo este episodio la constituye la gran monografía de
Apolonio de Rodas 912 . El vellocino se cita en el umbral de esta obra como objetivo del
viaje (Una vez invocado tú, Febo, me propongo recordar a aquellos héroes de prosapia
antigua que por orden del rey Pelias navegaron más alla de las bocas del Ponto a
través de las rocas Ciáneas en la procura del vellocino de oro en la bien trabada nave
Argo). El vellocino era la piel de un carnero mágico en el que Frixo y su hermana Hele
escaparon de la persecución criminal que contra ellos había desatado su madrastra Ino.
Sobre su origen hay muchas versiones en las fuentes antiguas, que no procede detallar
aquí. Una vez llegado Frixo a la Cólquide, hace entrega del vellocino al rey Eetes, el
padre de Medea, quien, según la Biblioteca de Apolodoro 913 , lo colgó en una encina en
el bosque sagrado de Ares. El rey Pelias, que gobierna sin derecho la ciudad de Yolco,
temeroso de Jasón, sobre el que el oráculo ha vaticinado que le va a dar muerte, le
ordena ir a por la preciada pieza, custodiada, según la misma fuente, por un dragón que
no duerme. Para ello organiza la expedición que le llevará a Colco, donde, con la ayuda
de Medea, conseguirá su objetivo.
C] El carácter mágico del vellocino, así como los rasgos fantásticos de la expedición
que se hace en su búsqueda y todos los episodios que la rodean, pronto devino en el
símbolo de un bien muy preciado cuya posesión implica un lento proceso de superación
de pruebas que acreditan la valía del héroe. Este es el enfoque que encontramos en el
auto sacramental calderoniano, donde el vellocino es el mayor tesoro, el Alma Humana,
y Jasón, su salvador, Jesucristo. Con la mera intención de construir un brillante
espectáculo teatral para la fiesta cortesana, compuso Lope de Vega El vellocino de oro,
adaptación dramática del mito de los Argonautas en el que el vellocino se deslizaba
sobre un andamiaje con ruedas. Fue uno de los primeros grandes montajes de un gran
espectáculo a la italiana (se estrenó ante Felipe IV el año 1622) que sin duda influyeron
sobre Calderón y allanaron su aproximación a este motivo mitológico. El vellocino pasó
también a simbolizar la codicia por el oro, como encontramos en Quevedo 914 : Las leyes
con que juzgas, ¡Oh Batino! /, menos bien las estudias que las vendes; / lo que te
compras solamente entiendes; / más que Jasón te agrada el vellocino. Su conexión con
la constelación de Aries la encontramos en Tirso de Molina 915 , que da a la referencia
antigua un aire sagrado al poner los versos en boca de una santa: El vellocino de Aries /
pintaba sus guedejas / con los pinceles de oro / que el sol al mundo muestra.
912 A.R. I 1-4 Ἀρχόμενος σέο, Φοῖβε, παλαιγενέων κλέα φωτῶν / μνήσομαι, οἳ Πόντοιο κατὰ στόμα καὶ
διὰ πέτρας / Κυανέας βασιλῆος ἐφημοσύνῃ Πελίαο / χρύσειον μετὰ κῶας ἐύζυγον ἤλασαν Ἀργώ.
913 Apollod. I 9,1 ἐκεῖνος δὲ αὐτὸ περὶ δρῦν ἐν Ἄρεος ἄλσει καθήλωσεν. 9,16 ὑπὸ δράκοντος ἀύπνου.
914 QUEVEDO, Poesía original completa, soneto 125, 1-4.
915 TIRSO DE MOLINA, La Santa Juana.
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