PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

mundo griego, demuestra un absoluto desinterés por la verosimilitud de las indicaciones
geográficas.
B] Es bien sabido que en la épica homérica aqueo es sinónimo de griego, y Acaya, su
topónimo correspondiente, de Grecia. En la Odisea 944 se ve con claridad este significado
de Acaya en ejemplos como el siguiente, cuando al llegar Ulises a Ítaca, pregunta a un
pastor que le sale al encuentro (y que en realidad se trata de Atenea disfrazada) qué
tierra es a la que ha arribado. La diosa le responde con una exaltación de la isla que
incluye este topónimo: …hasta Troya llega su nombre, / que tan alejada se dice que
está de la tierra aquea. Pero Acaya cobró carta de naturaleza como un emplazamiento
geográfico bien definido con la dominación romana sobre Grecia a partir de la conquista
de Corinto en el año 146 a.C. La nueva provincia romana venía a equivaler a lo que se
consideraba Grecia en el mundo antiguo, excluyendo a Macedonia, el Epiro, Tesalia y
algunas islas del Egeo. Es esta Acaya romana la que sin duda resonaba en nuestros
autores del Siglo de Oro, y no la etimológica tierra de los aqueos, ni mucho menos una
evocación de la Liga Aquea que tanta relevancia tuvo antes de la dominación romana.
En los grandes autores romanos, por tanto, la mención de Acaya conlleva la referencia a
la provincia, y alcanza por metonimia a toda Grecia. A este respecto nos puede ilustrar
este ejemplo de Ovidio 945 en el que el poeta romano se refiere al triunfo de Dioniso,
contraponiendo Acaya a otra gran unidad geográfica, como es la India, y cuya
traducción más ajustada a nuestro idioma sería Grecia: …a quien veneraba la India,
subyugada ya y a quien Grecia tributaba culto en templos fundados para él. El
topónimo tuvo también en la Grecia posterior un significado más restringido,
designando una región al norte del Peloponeso, como sucede hoy en día, en el que
Acaya da nombre a una de las prefecturas de esa zona.
C] En todo caso, Calderón utiliza el término como un puro comodín toponímico que
suena a griego antiguo, sin mayor preocupación por su exactitud geográfica o histórica.
De que la escrupulosidad geográfica no era objetivo prioritario de nuestros autores del
Siglo de Oro da fe, a título de muestra, la ubicación que da Pérez de Moya 946 al
desembarco de Dánae y el pequeño Perseo (nada menos que Apulia, en Italia). Sin
embargo, Lope de Vega 947 en su Fábula de Perseo o la Bella Andrómeda (que anticipa,
en 1611, la comedia calderoniana) establece la misma ubicación que Calderón, Acaya,
como destino de aquella navegación. La diosa Diana, que quiere sacar de su error al
joven, le pregunta: ¿Adónde entiendes / que eres nacido?, a lo que Perseo, que
desconoce su verdadero origen, contesta: Yo soy aquí nacido; / mi padre es rey de
Acaya. Es muy posible que Calderón se limitara a asumir irreflexivamente la ubicación
que encontró en Lope.
944 Od. XIII 248-249 …καὶ ἐς Τροίην ὄνομ᾿ ἵκει, / τήν περ τηλοῦ φασὶν Ἀχαιίδος ἔμμεναι αἴης.
945 Ov. Met. I 604 …quem debellata colebat India, quem positis celebrabat Achaïa templis.
946 PÉREZ DE MOYA, Filosofía secreta, IV, 31.
947 LOPE DE VEGA, Fábula de Perseo o La bella Andrómeda, 1086-1087.
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