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PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

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es muy sintomático del nivel de escrupulosidad con el que nuestro dramaturgo se<br />

enfrenta a sus fuentes mitológicas, máxime cuando se trata de alguien que no está<br />

dentro del eje argumental. Dispuesto a armar una comedia a partir de la leyenda de<br />

Faetón, no tiene reparos en insertar en su trama a un personaje que sólo presentaba una<br />

relación muy episódica con Apolo, y le hace asumir el papel de rey absoluto que la<br />

comedia precisaba. Poco parece importar la violencia que se le hace a la tradición<br />

mítica, convirtiendo contra todo precedente a Admeto en hijo de Peleo, en padre de<br />

Clímene, en rey de Etiopía… Lo interesante es calibrar la poca importancia que este<br />

desajuste tenía para Calderón, pues no estamos hablando de descuido, desidia o<br />

ignorancia, cuando en dos comedias consecutivas el mismo personaje, Admeto, aparece<br />

en una como padre de Clímene y en otra no. Si interesa que Clímene tenga un severo<br />

tutor, Admeto nos sirve de padre; si interesa que sea un rey que la persigue como a una<br />

presunta alimaña que diezma su reino, esa relación ya no vale, y se organiza otro árbol<br />

familiar. Si el rey lo debe ser de Etiopía, porque Faetón asolará en su vuelo incontrolado<br />

esta región, no hay reparo en convertir a Admeto, a quien la tradición, incluida la más<br />

cercana (Pérez de Moya 86 ), lo considera tesalio, en su rey. En suma, tiene mucha más<br />

importancia en nuestro dramaturgo su concepción de la comedia (el perfil de sus<br />

personajes, su interacción, el mensaje que se desea transmitir, la expectativa de su<br />

público), que la reproducción exacta de las fuentes en que se sustenta su argumento.<br />

En El laurel de Apolo, Amor zahiere a Apolo (ambos rivalizan por ver quién tiene más<br />

poder) recordándole el bajo estado que tuvo que sufrir cuando Zeus lo castigó (¿Dónde /<br />

están de Admeto las vacas? 1748). En La estatua de Prometeo, Apolo (que asume la<br />

identidad del Sol), airado con el titán por el robo de un rayo de su fuego, afirma tener la<br />

intención de ayudar como soldado a su hermana Palas contra Minerva, como …ayer por<br />

Clímene pastor fui de Admeto (2087). Igual que en el caso anterior, se hace notar el<br />

sentimiento de humillación que había de suponer para un dios su degradación a<br />

naturaleza mortal hasta el nivel de un humilde pastor.<br />

A diferencia de las dos comedias anteriores, en las que su alusión es puramente<br />

incidental, en Apolo y Clímene Admeto es un personaje relevante, que asume, además,<br />

dos perfiles bien establecidos en estos dramas de Calderón: el del rey con poder<br />

absoluto (respetado en su jerarquía, aunque cuestionado por el pueblo ante una situación<br />

que se cree injusta) y el de severo protector de un ser inocente a quien se aparta de la<br />

sociedad por el enorme potencial nocivo que le confiere un funesto vaticinio. En este<br />

caso, ambas características se solapan, pues sólo Admeto sabe, en virtud de su ciencia<br />

mántica y del oráculo de Fitón, las desgracias que se podrían derivar de la eventual<br />

descendencia de Clímene. Ni la propia Clímene (que le dedica este reproche tan<br />

calderoniano a su padre: ¿Qué ley, qué razón, qué fuero / naciendo hija tuya, pudo /<br />

encarcelarme en naciendo? 1827), ni el pueblo, que exige la libertad de la joven,<br />

conocen las motivaciones del monarca. Ante tanta presión, Admeto exhibe las razones<br />

del oráculo y las de su proceder: de Clímene nacerá Faetón, que abrasará las tierras del<br />

reino de Etiopía (de las que Calderón hace rey a Admeto en esta comedia) y, para atajar<br />

semejante amenaza, conmina a su hija a hacerse sacerdotisa de Diana, aunque reconoce<br />

que no hay recatos ni murallas / que guarden una hermosura, / si ella misma no se<br />

guarda (1831). Cuando sospecha que su hija ha roto su promesa, trata incluso de<br />

apuñalarla. Apolo (que trabaja como mayoral de sus ganados y se ha enamorado de<br />

Clímene) y la propia joven han de lanzarse a un río para huir. La persecución del rey es<br />

86 PÉREZ DE MOYA, Filosofía secreta, II, 19, 5.<br />

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