PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

la atracción de Epimeteo hacia ella se acentúa. Palas se ve obligada a recurrir a
Discordia, para que motive el enfrentamiento entre los dos hermanos. Por otra parte, la
diosa hace ver a Apolo que le falta un rayo (hurtado por Prometeo, con la ayuda de
Minerva), para que el dios castigue al titán. Discordia avisa a Epimeteo que su destino
es amar aborrecido a Pandora, y a Prometeo que el suyo es aborrecer a esta mujer, que
lo ama. En esto se produce un gran terremoto y se oscurece el sol, cosa que Prometeo
atribuye a Apolo, enfadado por el robo de su rayo, y Epimeteo a Palas, por haber
adorado a otra. Minerva y Palas argumentan ante Apolo, que no toma partido por
ninguna de las dos. Discordia, por su parte, sí ha conseguido dividir al pueblo. Los
partidarios de Prometeo invocan a Minerva y los de Epimeteo, a Palas. La contienda
termina en primera instancia con dos decretos enviados por Júpiter, que implican el
castigo a Prometeo y la destrucción de la estatua. Palas quiere que se ejecute
prontamente lo mandado y se enfrenta a Minerva, que está dispuesta a mediar ante el
padre de los dioses por su favorito. En estas acciones se vuelve a hacer patente la
oposición entre Palas, que reclama su condición guerrera (Porque a la par del mismo
Marte, / diosa de las armas soy 2095), y Minerva, que responde: Yo de las letras
Mortales (2095). La condición guerrera de Palas es afirmada, con sorna, hasta por el
gracioso Merlín (…¿no reparas que Palas se ofenda, y viendo / el que para ti la
guardas / airada se vuelva en / dios Palos la diosa Palas? (2078). Para desenredar esta
pendencia de solución imposible, aparece al final de la comedia Apolo entre un
impresionante aparato escénico (llega entronizado en un sol entre cánticos de alabanza)
y, en el papel de deus ex machina, resuelve el conflicto. Cuenta que Minerva ha ido
junto a Júpiter a pedirle perdón, y que el gran dios se lo ha concedido. Palas y Discordia
huyen vencidas, como causantes de la inquina y el odio entre los hermanos, y todo el
pueblo, con Epimeteo y Prometeo a la cabeza, se reconcilia. La comedia termina con las
bodas de Prometeo y Pandora (pues, finalmente, el titán se ha enamorado de su antigua
estatua), y con una exaltación de la majestad de Apolo. Palas (y todo lo que ella
simboliza) ha sido vencida por Minerva.
En Fortunas de Andrómeda y Perseo también tiene Palas un papel importante en la
comedia, donde, junto con Mercurio, ayuda a Perseo a conseguir la gloria que le
corresponde como hijo de Júpiter. Su plan es conducir al héroe a la gruta de Morfeo,
para hacerle vislumbrar allí unas visiones sobre su origen que le hagan concebir grandes
proyectos. Mercurio le pide a Palas que aparte a Discordia de Juno para que ésta no le
estorbe en sus hazañas, cosa que hace la diosa de manera expeditiva, cuando Discordia
pretende delatar sus planes y los de Mercurio. Consigue Palas arrojarla de su alcázar, y
deja paso libre a Mercurio para que cumpla su objetivo. Discordia se queja
amargamente ante Juno de los impedimentos que los dos hermanos divinos le ponen
para ejecutar sus órdenes. Juno manda a Discordia bajar al infierno, con la ayuda de una
vara que ella le va a dar, en busca de las Furias, para que persigan a Dánae y Perseo.
Entre tanto, Fineo, empujado por los celos, hace público el oráculo que condena a
Andrómeda como única solución para acabar con el monstruo que asuela al reino.
Perseo, por su parte, recibe la ayuda de los dioses para luchar contra Medusa. Mercurio
le da su caduceo, con el que adormirá a las hermanas de Medusa, y Palas le ofrece un
escudo para que se refleje en él su monstruoso rostro. Cuando consigue llegar al lugar
donde están las Górgonas, Perseo logra dormir con el caduceo de Mercurio a las dos
hermanas de Medusa y le pone a ésta frente a sí el escudo entregado por Palas. De esta
suerte consigue salir victorioso del combate y llegar a tiempo, a lomos de Pégaso, para
salvar a Andrómeda del peligro que la acecha. Palas y Mercurio han conseguido el
objetivo de encumbrar a su hermano a la gloria que merecía su origen.
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