PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

En los autos sacramentales también registramos la aparición de la diosa. Así, en El
divino Jasón, se menciona a la nave Argo (trasunto de la iglesia), que se enfrenta a los
dos símbolos paganos de la guerra: Contra Marte y contra Palas / las velas y jarcias
mueve, / que mariposa de nieve / apague el sol con las alas (61). En Psiquis y Cupido
(Toledo), el coro que acompaña a Gentilidad insta a adorar a los dioses paganos, que
representa en cuatro: «…cantad, cantad con eco veloz, / a Palas, a Venus, a Juno y al
Sol» (347). Por último, en El verdadero dios Pan, Gentilidad considera que sus dioses
son los que han vencido al demonio. La diosa cazadora, Diana, lo ha conseguido con
ayuda de Palas y Belona, las dos encarnaciones femeninas de la guerra: …pues yo fui
quien invocó / en la Luna a Diana, y no / para mi blasón en eso, / sino en que con su
persona / trajo en las etéreas alas, / sobre el escudo de Palas / la celada de Belona
(1250).
B] Calderón presenta la figura de Atenea (así nos referimos de una vez a Minerva y
Palas) desdoblada en dos identidades. La primera, diosa de la sabiduría y de las artes,
pero al mismo tiempo diosa belicosa, es presentada ya desde Homero con el epíteto de
Palas. Su correlato romano, Minerva, asume la personalidad de la divinidad griega
prácticamente sin matices en la mitología latina. La aparición desdoblada que nos
propone Calderón en esta tragedia puede encontrar fundamento en la tradición mítica en
la personalidad separada de Palas. Significativo a este respecto es el testimonio que
encontramos en la Biblioteca de Apolodoro 726 que nos presenta a Palas como una amiga
de Atenea desde su niñez, que al ser abatida involuntariamente por la diosa en un
ejercicio de caza, la recreó de nuevo como estatua, el célebre Paladio. Calderón,
incluso, establece la genealogía común a ambas, cuando dice Palas: De Júpiter y Latona
/ hermanos del sol, Minerva / y yo nacimos (EDP, 2074). El epíteto de Palas vinculado a
Atenea es constante en la épica homérica, y no necesita acreditación documental.
Igualmente aparece en Virgilio el apelativo de Pallas, aunque en este caso, sin
acompañar a Minerva, sino como nombre alternativo. En Ovidio 727 , en el pasaje
dedicado a Perseo, se menciona a la diosa auxiliadora como Palas guerrera. Parece que
el matiz que a veces introduce este epíteto, según lo dicho, es potenciar un tanto la faz
guerrera de la deidad.
C] Pérez de Moya 728 dedica un extenso capítulo a Minerva, en uno de cuyos artículos
habla de los Varios nombres que dan a Minerva. Previamente ha distinguido entre cinco
Minervas. En el relativo a Palas, ofrece una confusa serie de etimologías a posteriori
que no tienen otro interés que el vincular el apelativo Pallas a la tercera Minerva, la que
asume el perfil más belicoso: a la tercera conviene aun más propiamente, porque es
deesa de la guerra y en la guerra hay muchos movimientos y temores. En Lope de
Vega 729 encontramos a Palas asumiendo la doble personalidad de la Atenea sabia y
belicosa, cuando se disputan la rosa blanca en una suerte de reedición del Juicio de
Paris: Juno presuntuosa la pedía, / como reina y de Júpiter esposa, / Palas por la
mayor sabiduría, / o porque fue de las batallas diosa…
En definitiva, tenemos indicios en la tradición antigua para una eventual (de ninguna
manera sistemática) asociación del epíteto con el perfil belicoso de la diosa. Pero ello no
726 Apollod. III 12, 3.
727 Ov. Met. V 46 Bellica Pallas.
728 PÉREZ DE MOYA, Filosofía secreta, III, 8, 3.
729 LOPE DE VEGA, La Circe, La Rosa blanca, 433-436.
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