PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

ECO (Ἠχώ, Echo) Total menciones: 230
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ARCADIA / NARCISO / LIRÍOPE
A] Una de las ninfas más conocidas e individualizadas es Eco, una hermosa etiología
para dar explicación legendaria al fenómeno natural del mismo nombre. Relacionada
con Pan o con Narciso, según distintas tradiciones mitológicas, en todos los casos
asume un papel de víctima pasiva que se deja consumir de amor hasta quedar reducida a
su voz. Calderón fue seducido por la delicada espiritualidad de este mito, y dedicó toda
una comedia a la historia de Eco y Narciso. También la menciona en otras dos comedias
mitológicas, aunque de manera ocasional. Innova Calderón con respecto a la versión de
Ovidio en la ubicación de la comedia, que él emplaza en la Arcadia (geografía mítica
más poderosa que la Beocia de Ovidio). Por lo demás, y a rasgos generales, no hay
disonancia entre la versión ovidiana y la recreación del dramaturgo madrileño. También
es calderoniano el apartamiento del bello joven, así como la condición monstruosa de su
madre, forzados uno y otro a un molde dramático tan del gusto de nuestro poeta.
En Los tres mayores prodigios, cuando en la jornada primera Jasón se aproxima en la
nave Argo a la isla de Colco, ante el sonido de un clarín que viene del mar, Medea y los
demás circunstantes que observan su llegada desde tierra aventuran varias hipótesis:
ABSINTO.- Eco, ninfa vocal, que el aire yerra, / al mar se habrá llevado algún acento.
MEDEA.- En los montes no más Eco se encierra, / que eco no puede haber donde no hay
viento, / en lo hueco de un monte o de una sierra, / dando albergue a su mísero lamento
(1552). La docta Medea reduce a la ninfa al fenómeno acústico que representa.
Mayor relevancia tiene Eco en El laurel de Apolo. En la segunda jornada de la comedia,
Amor recurre a ella para esparcir su fama. La ninfa recuerda ligeramente su desdichado
mito, cuando afirma que le interesa publicar el poder de Amor, de quien sufrió sus
furiosos embates (…que tu venganza / también me toca a mí, / pues muriendo de amor, /
es lustre mío decir / que no son brutos triunfos para ti 1751). Eco se encarga de repetir,
en un vistoso efecto dramático, la palara amor, mientras el coro de Iris hace lo propio
con la de olvido.
Pero donde Eco cobra un mayor protagonismo es en la comedia Eco y Narciso. La
acción tiene lugar en la Arcadia, donde la ninfa celebra su decimoquinto cumpleaños y
todos festejan su galanura y belleza. No muy lejos de allí, Liríope trata de calmar las
ansias de conocimiento de su hijo Narciso, al que tiene aislado por temor a un vaticinio.
Pero Anteo, un cazador, captura a Liríope, confundiéndola con un monstruo, en uno de
esos increíbles actos de fe que de vez en cuando nos propone nuestro poeta. Enamorado
de Eco, hace entrega de su captura a la ninfa, a quien Liríope explica el aislamiento de
su hijo en razón a un vaticinio hecho por Tiresias: Una voz y una hermosura /
solicitarán su fin / amando y aborreciendo. / Guárdale de ver y oír (1914). Entre tanto,
y como es norma en este tipo de comedias, se desencadena un certamen galante por los
favores de Eco entre sus pretendientes. Pero Narciso se cruzará en el camino de todos
ellos al aparecer ante la ninfa, atraído por su dulce voz. En un principio, el joven se
muestra esquivo, en contraste con Eco, que nada más verlo ha quedado perdidamente
enamorada y lo amenaza incluso con desvanecerse en el aire si no la acepta. Liríope, por
su parte, alarmada ante el posible cumplimiento del vaticinio de Tiresias, prepara un
veneno aprendido de éste para paralizar la voz …porque / de las razones no usa, / sin
pronunciar ni aprender, / sino sólo lo que oye, / y aun eso la última vez (1931). Eco
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