PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

suceso, Anfión siguió venerando / la deidad de Diana siempre / por casta deidad…
(2103). Por eso no pudo soportar que la diosa, que había dado tan cruel muerte a su
padre defendiendo su castidad y negando el amor, se enamorara más tarde de Endimión
(…no me queda / ni atención que la venere, / ni adoración que la estime, / ni temor que
la respete 2103). Coloca la estatua de Venus en el antiguo templo de Diana (En el
templo de Diana / Venus viva, triunfe y reine 2106) e impone el cambio de culto a sus
sacerdotisas. Todas ellas, amedrentadas, aceptan el cambio, salvo Doris, para quien lo
que Diana siente por Endimión es más afición que amor. A partir de aquí se organiza un
complicado episodio de galanteo alrededor del cambio de las estatuas de las diosas que
sólo soluciona la aparición final de Cupido emergiendo con la estatua de Venus y
proclamando su triunfo, al quedar todos los personajes enredados en la trama
satisfactoriamente emparejados, pues Finezas contra finezas / más la madre del Amor, /
que las castiga, las premia (2137).
El amor por Endimión también es recordado en Ni Amor se libra de amor, cuando la
criada Flora considera que Psiquis sospecha que quien la visita es un dios (en referencia
a Cupido) …bien como / por Endimión Diana, / por Dafne Apolo, por Leda / Júpiter…
(1969).
Tal vez el único criterio para incluir la comedia Amado y aborrecido entre las de tema
mitológico sea el plantear otra vez el debate entre Diana y Venus, pues los personajes
son instrumento de prueba para demostrar si tiene más peso el desdén (el partido de
Diana) o el amor (el partido de Venus). La rivalidad entre las diosas se manifiesta
incluso en una guerra entre Chipre y Gnido (…como ésta a Venus consagrada ha sido, /
aquella consagrada fue a Diana: / de cuyo opuesto rito ha procedido / entre las dos la
enemistad tirana / que las mantiene en iras y rencores, / hija de olvidos una, otra de
amores 1687). Luego el debate se desarrollará en el interior de un personaje, Dante, que
debe optar por quien él ama (y ella le rechaza), o por la que le ama a él (y él rechaza).
La indecisión lo perturba y paraliza (¡Viva Irene y viva Aminta; / muera yo, que librar
pienso! / A la una, porque me quiere; / a la otra, porque la quiero. /… / ¡En qué
confusión me veo, / entre el desdén que adoro / y aquel amor que aborrezco! 1719).
Finalmente opta por la mujer que lo ama, es decir, por el partido de Venus, con lo cual
las diosas dan el certamen por acabado con la victoria de la diosa chipriota, aunque se
emplazan a continuar con su competencia en la Arcadia, en otra comedia, El pastor
Fido. Llama la atención, en el desenlace, que después de una actitud tan idealista,
Dante, súbitamente, haga un razonamiento tan calculado: …que para dama es buena, /
Malandrín, la que yo quiero; / para esposa, la que a mí / me quiere (1721).
En lo que se refiere a los autos sacramentales, en El verdadero dios Pan, Diana,
asimilada a la Luna (que también acoge la identidad de Prosérpina), ocupa el centro de
la trama, por cuanto representa al Alma Humana (mudable como la luna), que es
requerida de amores, en el místico sentido, por un dios Pan que no es otra cosa que una
alegoría de Jesucristo. Al comienzo del auto, Pan explica a la Noche en un complejo
discurso que …la Luna / es viva imagen de un alma / con que en común lo es de toda /
la naturaleza humana (1242). A lo largo del auto, Pan y el Demonio disputan por el
amor de Diana (Luna), quien por fin acaba optando por el primero (Desde hoy, / has de
ser mi esposo, y dueño / de mis rebaños 1258), quien había desvelado un momento
antes su verdadera identidad: Soy la luz del mundo; / soy el Camino verdadero, / soy la
Verdad y la Vida; / quien fuere en mi seguimiento / no pisará las tinieblas (1257). El
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