PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

FAM (1)
DIDO (Dido) Total menciones: 1
ENEAS
A] La famosa reina cartaginesa abandonada por Eneas es mencionada por Calderón de
una manera muy superficial y estereotipada en Fieras afemina amor, como un ejemplo
más de mujer fatal que es capaz de arrastrar la voluntad de un hombre (incluso de un
héroe): …Jasón / por la gran Medea; después / Teseo por Ariadna; / Eneas por Dido…
(2056). Mención un tanto injusta, si acudimos a las fuentes de la leyenda, pues si es
verdad que Eneas tenía la intención de abandonar sus hados por ella, los dioses le
forzaron a seguir su camino y fue la infelix Dido quien llevó la peor parte.
B] Aunque el personaje pudiera tener alguna leyenda antigua de origen fenicio asociada
a su nombre, es evidente que fue la Eneida de Virgilio 368 la obra que estableció su figura
mitológica y de la que deriva su posterior tradición. En el libro primero, el propio
Júpiter es quien predispone favorablemente a Dido, reina de Cartago, ante la llegada de
Eneas y sus compañeros. Pero Venus, desconfiada de la legendaria perfidia púnica y de
las constantes acechanzas de Juno, se asegura el amor de la joven haciendo que Cupido
(en forma de Ascanio) llegue a su regazo y le clave sus dardos infalibles, que empiezan
a causar efecto, pues mientras todos charlan animadamente en el banquete …la
desdichada Dido apuraba un intenso amor... En el libro IV tenemos a Dido
rendidamente enamorada del héroe troyano, aunque con algún escrúpulo de fidelidad a
la memoria de su primer marido muerto, Siqueo. Pero las diosas maniobran para que
Dido y Eneas se encuentren en una cueva y, aparentemente, enlacen sus destinos. Eneas
parece aceptar esa opción, unir su pueblo con el tirio y regir esa nueva ciudad, pero no
son esos los designios de Júpiter, que lo fuerza a tomar de nuevo las naves y dejar
abandonada y humillada a Dido. La intuición de la mujer descubre los planes de Eneas,
y ante lo irreversible de la decisión de éste, y tras una larga y atormentada agonía
interior descrita con gran brillantez por el poeta, resuelve por fin quitarse la vida con
una espada sobre el lecho que compartían. Dido se convierte en ese momento, y para
siempre, en paradigma de heroína romántica desdichada. Ovidio 369 no desaprovecha la
emoción que transmite la narración de Virgilio y nos presenta a Dido escribiendo su
carta a Eneas justo antes de darse muerte, recreando los magistrales versos del poeta
mantuano y cargando un poco más, si cabe, el patetismo de la escena.
C] Llama la atención la escasa presencia de la heroína virgiliana en la obra de Calderón
en contraste con su abundante cultivo en nuestras letras del Siglo de Oro 370 , tanto en
formato dramático como en poesía. Tan sólo procede aquí destacar que el ligero matiz
peyorativo que podemos adivinar en la mención calderoniana no es el más extendido en
nuestra literatura áurea, donde Dido suele ser presentada como una buena mujer víctima
de un engaño, y Eneas como un pérfido traidor. Se llegará a acusar, incluso, a Virgilio
368 Verg. Aen. I; IV (I 749) …infelix Dido longumque bibebat amorem…
369 Ov. Ep. VII.
370 Tenemos un exhaustivo y muy documentado repaso de la presencia de este personaje en nuestra literatura áurea en
los artículos de LIDA DE MALKIEL (1974), GONZÁLEZ CAÑAL (1988), IZQUIERDO IZQUIERDO (1993) y CRISTÓBAL
LÓPEZ (2002). Bastará mencionar, para acreditar esta fortuna literaria de Dido, algunas de sus adaptaciones
dramáticas: Dido y Eneas, de Guillén de Castro, Elisa Dido, de Cristóbal de Virués, Tragedia de la honra de Dido
restaurada, de Gabriel Lobo Lasso de la Vega y La honestidad defendida de la reina Dido, reina y fundadora de
Cartago, de Álvaro Cubillo de Aragón.
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