PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

En Los tres mayores prodigios persigue esencialmente la espectacularidad que suponía
la puesta en escena en una sola comedia de tres de los ciclos míticos más célebres de la
sabiduría antigua. Para ello no duda en forzar el mito, inventando una supuesta
convención de héroes en el monte Eta que deriva en la apoteosis de Hércules. En la
comedia, la conquista del vellocino parece responder a una casualidad o coincidencia,
pues lo que lleva al héroe a Colco es la búsqueda de Neso y Deyanira. Esta frivolización
del núcleo central de la leyenda de los Argonautas le resta buena parte del atractivo y
solemnidad que tiene la expedición en el relato antiguo. Jasón le entrega el vellocino a
Hércules como una suerte de ofrenda o regalo. Sin embargo, esto contrasta con el
tratamiento más ajustado al mito que tenemos en la historia de Frixo y de cómo el
vellocino llego a Colco.
En el auto sacramental la fuerza que se hace sobre la tradición es mucho mayor, aunque
también es mucho mayor la libertad que se le supone al dramaturgo para adaptar el mito
al mensaje teológico. Con todo, el vellocino vuelve a cobrar la mayor importancia, pues
representa al Alma Humana, y su conquista es un propósito heroico. Hay que reconocer
en Calderón la habilidad en el encaje de las distintas figuras en clave cristiana, así como
saber modular el personaje de Medea captando alguna de las sutilezas psicológicas que
la hicieron un tema predilecto en la tragedia. La identificación de Jesucristo con un gran
héroe mitológico sigue los mismos parámetros que hemos encontrado en otros autos
sacramentales, cuyos protagonistas (Teseo, Perseo u Orfeo) se ven obligados a pasar por
terribles pruebas (incluida la muerte) para redimir al hombre.
B] Aunque ya lo encontramos mencionado en Hesíodo 567 , donde se adivinan de manera
muy velada las grandes aventuras del héroe, la gran fuente clásica para Jasón y su
célebre periplo la tenemos en los cuatro cantos de las Argonáuticas de Apolonio de
Rodas, en que se desarrolla toda la leyenda con la minuciosidad y brillantez propias de
la literatura helenística. Ovidio es el gran transmisor romano del mito de Jasón. En las
Heroidas 568 le dirigen sendas cartas a Jasón Hipsípila y Medea, y en las Metamorfosis 569
dedica cuatrocientos versos a la historia de Jasón y Medea. La figura de Medea se hizo
muy atractiva para los autores interesados en la introspección psicológica de una mujer
sometida a circunstancias extremas. Así encontramos a Medea (y a Jasón de
acompañante) en las grandes tragedias homónimas de Eurípides y Séneca, que recrean
la fase corintia del mito (cf. Medea). Poco a poco Medea se agiganta como figura
dramática, al tiempo que Jasón se encoge, pasando a quedar relegado a un segundo
plano y en un papel muy poco lucido, pues representará el ejemplo de una despreciable
conducta moral guiada por el interés y la falta de compromiso.
C] Ese segundo plano se hace patente en nuestra tradición literaria. En Pérez de Moya,
por ejemplo, no encontramos un capítulo dedicado a Jasón, y sí uno a Frixo y Helle y
otro a Medea, lo que pone de manifiesto que el protagonista de la aventura de los
Argonautas había ido cediendo terreno ante otros personajes del ciclo mítico y, en
concreto, ante la figura de Medea, mucho más rica en matices psicológicos. Entre los
que aún dan un papel protagonista a Jasón está Lope de Vega 570 , que escribió una
comedia dedicada a su célebre hazaña, El vellocino de Oro (1622), que sin duda
567 Hes. Th. 993-999.
568 Ov. Ep. VI; XII.
569 Ov. Met. VII 1-400.
570 LOPE DE VEGA, El vellocino de oro, I, 1116 – 1119.
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