PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

dioses a tragos y chupones; y agarrando de Pan, empezó a sacar del rebanadas, y a
trinchar con la daga a sus ganados, engulléndose los rebaños hechos jigote a
hurgonazos. Saturno se merendó media docena de hijos. Pero aún más caló el mito de la
Edad de oro, cuya descripción puso con tanta ironía Cervantes 850 en boca de don Quijote
ante su auditorio de cabreros, o que fray Luis de León 851 asocia al dios de manera
explícita en una de sus más afamadas composiciones poéticas, Noche serena, en la que
se contrasta la dureza del mundo real con la belleza y beatitud del mundo celeste. En la
descripción de los planetas se hace alusión a Saturno como símbolo de la Edad dorada:
rodéase en la cumbre / Saturno, padre de los siglos de oro; / tras él la muchedumbre /
del reluciente coro / su luz va repartiendo, y su tesoro.
HDA (408)
SEMÍRAMIS (Σεμίραμις, Semiramis) Total menciones: 408
MENÓN / NINIAS / NINO / TIRESIAS
A] Sólo en la comedia (más bien habría que llamarla tragedia) dedicada a su personaje
(La hija del aire) aparece Semíramis, un personaje incorporado a la tradición cultural
griega desde la historia y mitología orientales. Su transmisión a través de la literatura
griega, esencialmente en la obra de Diodoro Sículo, nos permite encuadrarlo dentro de
la gran tradición mitológica grecorromana, así como la incorporación al tronco de la
leyenda de elementos típicamente griegos, como el telón de fondo dramático que
supone la rivalidad entre Diana y Venus, o la presencia del adivino Tiresias. Por otra
parte, Semíramis es un personaje típicamente calderoniano, aislado por el temor al
cumplimiento de un oráculo y con una arrebatadora potencialidad interior que le lleva a
cumplir su destino. Personaje sobre el que nuestro autor construyó una impresionante
estructura dramática que se convirtió en una de sus obras más reconocidas.
Semíramis vive en una gruta (…donde sepultada vivo… 716), custodiada por el adivino
Tiresias, que la mantiene apartada por temor a un oráculo funesto. Ella, sin embargo, al
oír el estruendo que acompaña a la llegada del victorioso Nino, rey de Siria, a Nínive
(sones militares y amorosos que han excitado su espíritu, pues …los dos / me elevan y
me arrebatan… 716), reclama su libertad al anciano, con la amenaza de suicidarse si no
la consigue. A pesar de los mandatos de Tiresias, Semíramis da la primera muestra de
ambición (que hoy, / la margen de tus preceptos / ha de romper mi ambición 716).
Tiresias le recuerda su infausto nacimiento, pues Venus le predijo que habría de ser
horror del mundo, y que a un rey glorioso lo convertiría en tirano, para luego matarlo
ella misma. Pero Semíramis tiene el impulso imparable de la ambición e incluso
manifiesta que es error temer al hado (dudarle basta): …¿No es mejor / que me mate la
verdad, / que no la imaginación? (717). E insiste en no volver a la cueva porque
…quiero morir del rayo / y de solo el trueno no (717). La oportunidad se le presenta a
Semíramis cuando Menón, privado del rey Nino, es encargado de reorganizar su ejército
en Ascalón, provincia en que vive la joven. En esta misión descubre un templo dedicado
a Venus, donde encuentra a Tiresias, quien le previene con graves palabras de su
profanación. Hasta tal punto teme el anciano el cumplimiento del destino, que prefiere
quitarse la vida a franquear a Menón el paso de la gruta donde está Semíramis. Cuando
850 CERVANTES, Don Quijote de la Mancha, I, XI.
851 LUIS DE LEÓN, VIII, 56-60.
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