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PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

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evemerismo. En el s. III a.C. vivió el astrónomo Eratóstenes de Cirene quien,<br />

sistematizando una antigua tendencia interpretativa patente en la denominación de<br />

constelaciones y planetas, relacionó a los seres mitológicos con los astros del cielo en<br />

una obra de gran influencia, los Catasterismos. Consolida otra posible traducción del<br />

mito, una interpretación que se suele denominar astralista o física, y cuyo éxito es<br />

paralelo al de la astrología como ciencia. El poeta romano Enio, en la órbita helenizante<br />

de los Escipiones, tradujo ambas obras al latín, y estas interpretaciones gozaron de<br />

amplio predicamento en la Roma clásica. Los estoicos, por su parte, dieron en buscar un<br />

sentido moral a la vieja mitología, en la creencia de que las (a su juicio) disparatadas<br />

leyendas homéricas tenían que esconder, forzosamente, una interpretación que las<br />

legitimara. Sus raros e imaginativos sucesos no serían sino modelos de conducta<br />

humana que de manera velada muestran la recompensa o el castigo que esos<br />

comportamientos merecen.<br />

Pero si el mito había logrado sobrevivir a la irrupción del pensamiento filosófico y<br />

científico, otra amenaza aún más temible se cernía sobre él. El cristianismo, un credo<br />

excluyente, se impone rápidamente por las tierras y conciencias del Imperio Romano, y<br />

sustituye a la antigua devoción, ya casi agotada. En un principio, los dioses paganos son<br />

enemigos y competidores, su culto es idólatra y deben ser eliminados. Pero los padres<br />

de la Iglesia muy pronto serán conscientes de que, en el ámbito de todo el Imperio, el<br />

cristianismo no está en condiciones de crear una tradición cultural y educativa ex novo y<br />

que tienen que apoyar su nueva doctrina sobre los pilares de la civilización clásica.<br />

Atenazados entre el desprecio al universo conceptual pagano y la necesidad de servirse<br />

de él, hay quienes, como San Agustín o Tertuliano, desacreditan la mitología sin<br />

miramientos, tomando la munición, precisamente, de los postulados evemeristas, para<br />

negar el menor atisbo de verdad a aquella sabiduría. Sin embargo, otro pensamiento se<br />

va abriendo paso entre quienes creen insensato prescindir de la tradición cultural<br />

grecorromana (fundamento de su propia cultura), de la alta poesía de Virgilio u Ovidio,<br />

modelos inevitables si el cristianismo pretende conseguir la excelencia literaria en la<br />

transmisión de su mensaje (Gregorio Magno o Fulgencio cultivan la alegoría mítica en<br />

el siglo VI). La calidad artística de los clásicos, así como un contenido afín a su doctrina<br />

en muchos de ellos (Virgilio, Cicerón o Séneca, entre los más estimados), facilitan la<br />

difusión de la teoría que ve en la obra de estos autores una suerte de premonición o<br />

prehistoria del cristianismo, verdades en sombra envueltas 32 , por utilizar una certera<br />

expresión de Calderón. Esta corriente de interpretación, que había facilitado mucho el<br />

pensamiento neoplatónico, considera que bajo la aparente frivolidad del mito hay un<br />

sentido profundo, que no sólo legitima la versión literaria de la antigua religión, sino<br />

toda la sabiduría pagana como antecedente inconsciente de la verdad revelada 33 .<br />

1.3.2 El triunfo de la interpretación alegórica<br />

Según hemos visto, la Antigüedad legó a la Edad Media tres instrumentos para alcanzar<br />

la verdad que se esconde tras la fábula (las tres llaves de que habla Seznec 34 que abren<br />

32 El divino Orfeo (segunda versión), p. 1847.<br />

33 Calderón hace explícita esta teoría en algunos de sus autos sacramentales, como El verdadero dios Pan, donde<br />

Amor (Jesucristo-Dios) concede el cuidado de su viña a Gentilidad. Idea reiterada en El sacro Parnaso: Llevadle al<br />

monte vosotras / y agradezca el que lo entiende / ver a la Gentilidad, en aqueste rasgo breve, / heredera de la viña /<br />

que el ciego Judaísmo pierde (795).<br />

34 SEZNEC (1985, 105).<br />

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