PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

continuación una larga digresión histórica, y en el capítulo siguiente habla del cuerno de
Aqueloo como de aquel que Júpiter dio a Amaltea en recompensa por haber sido
amamantado por ella. Juan de Arguijo 954 , en el soneto que comentamos en páginas
anteriores en el que Hércules se jactaba en primera persona de la victoria sobre Anteo,
cita en su catálogo de hazañas (que recuerda al pasaje calderoniano que hemos
reproducido en este artículo), la victoria sobre el río Aqueloo: Ejemplos de mi ilustre
vencimiento, / son Aqueloo, Busiris y Diomedes…
AQUERONTE (Ἀχέρων, Acheron) Total menciones: 13
MEA (1) HDA (1) FCF (1) EDO (10)
A] Hasta en cinco composiciones deja fluir su pestífera corriente el río Aqueronte por
los dramas mitológicos de Calderón. Nuestro dramaturgo lo utiliza como un elemento
descriptivo de la geografía infernal, con cuyo simple nombre consigue trasladar la
acción dramática a los dominios del trasmundo.
En El mayor encanto, Amor se recrea, de algún modo, el episodio odiseico de la nékyia
o bajada a los infiernos, cuando el espectro de Aquiles trata de despertar el adormecido
ánimo de Ulises. Llega de la muerte el antiguo caudillo de los Mirmídones tras atravesar
las infectas aguas del río infernal: Su espíritu soy ilustre, / que de los elíseos campos, /
donde eterna mansión tuve, / volví a pasar de Aqueronte / las verdinegras y azules /
ondas, derretidas gomas / del salitre y del azufre (1542). En La Hija del aire, además
del carácter insalubre y palustre de sus aguas, se destaca su facultad amnésica, que
comparten todas las corrientes infernales con las aguas del Leteo (olvido): Yace, señor,
en la falda / de aquel eminente risco, / una laguna, pedazo / del Leteo oscurecido / de
Aqueronte, pues sus ondas, / en siempre lóbregos giros, / infunden a quien las bebe /
sueño, pereza y olvido (722). Parecida a las anteriores es la referencia que encontramos
en Fineza contra fineza, en la que Doris cree ver el espectro de Celauro, habitante, por
tanto, del mundo de los muertos: …yo creo que vives / elíseos campos, y creo / que las
ondas del Aqueronte / movidas de mis lamentos / te den paso (2112).
En el auto sacramental El divino Orfeo, tan a propósito para la aparición de los
escenarios infernales, Calderón ensaya una de sus piruetas etimológicas, sin mucho
fundamento lingüístico, pero muy sintomáticas de su intención 955 . Las palabras las
pronuncia el propio Leteo, que aparece personificado como barquero del infierno: De mi
fía, que no en vano / a mi amarillez adusta, / el griego idioma Aquironte, / que es decir
fría, caduca / vieja, yerta, pálida imagen, / hará que el Hombre traduzca, / cuando al
tocar mis orillas / vea el Cielo que se asustan / los humanos, pavoridos / de mi
macilenta, mustia / tez, haciendo que obedezcan / tus órdenes con tan dura / ley que el
que una vez las pase, / no vuelva a pasarlas nunca (1843).
B] El Aqueronte es, junto con la laguna Éstige, el Cocito y el Periflegetón, una de las
corrientes de la geografía mitológica infernal, asentada ya desde el periplo que por el
954 ARGUIJO, XLIX, 9-10.
955 CHANTRAINE (1968, I, 150) no atribuye al término una etimología muy clara, considerándolo un posible derivado
en -ντ- de un reconstruido *ἄχερος (con el significado de lago o marjal) avalado por paralelos bálticos y eslavos.
Calderón, otra vez, hace de la etimología (o de la pretendida etimología) un recurso poético más.
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