PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

FAM (17)
CIBELES (Κυβέλη, Cybele) Total menciones: 17
ANTEO
A] Sólo encontramos a Cibeles en una de las obras consideradas, Fieras afemina Amor.
En ella tenemos una muestra muy interesante del uso que hace Calderón de la mitología
grecorromana. Anteo es un general al servicio del rey Euristeo, del que nada hace
pensar que pueda tener alguna vinculación con el famoso gigante hijo de la tierra. Se
trata de un galán enamorado de Yole, al que tiene fuera de sí la promesa que ha hecho el
rey a Hércules de entregarle la mano de su hija si el héroe libra al reino de la amenaza
de Aristeo, rey de Tesalia, que también ambiciona a la bella muchacha. En la jornada
segunda, cuando Hércules vuelve victorioso de su enfrentamiento con Aristeo, se
encuentra con que la boda entre Anteo y Yole es inminente (cosa que lo irrita
sobremanera), y se enfrenta al rey y, consecuentemente, también a su general. Y es en
este enfrentamiento cuando Calderón echa mano de la tradición mitológica de una
manera un tanto intempestiva, y Anteo cobra las cualidades del mítico gigante: pide
ayuda a su madre Cibeles, asimilada a la diosa Tierra, quien le hace invencible mientras
su hijo mantenga el contacto con ella. Hércules sólo podrá vencerlo cogiéndolo con sus
brazos y sosteniéndolo en vuelo hasta asfixiarlo, no permitiendo que toque la tierra.
Anteo, al invocar su presencia, ya la califica como ―diosa de la tierra‖: …ante el ara de
Cibele / que es la diosa de la tierra… (2044). A sus preces acude la diosa en un
impresionante efecto escénico descrito en una glosa que nos recuerda la famosa fuente
madrileña, aunque con notorias diferencias: tiran del carro cuatro leones (y no dos) y la
diosa, en lugar de una llave, porta en una de sus manos la copa de Amaltea derramando
flores, y en la otra las riendas del carro. En su presentación ella misma declara su
soberanía: Cibele soy, de la tierra / tan fecunda emperatriz, / que del confín oriental / al
occidental confín, / en todo su ámbito hermoso / no hay reservado país, / que sus
montes y sus mares / no descanse sobre mí (2045). Provoca terribles fenómenos
naturales para amedrentar al héroe y, finalmente, cuando su hijo muere, tiene otra
impactante aparición escénica en una eminente pirámide. Desolada por la muerte de
Anteo, clama venganza contra el Parnaso, de donde Hércules ha conseguido la ayuda de
Pégaso. En esta invocación vuelve a aludir a sus poderes: En distintas esferas, / en
varios horizontes, / valida de mis montes, / con formadas hileras / convocaré las
huestes de mis fieras (2054).
B] La diosa, de origen frigio, es incorporada a la mitología griega ya desde el s. V a.C.,
pero sin un gran desarrollo argumental. Aparece en esta tradición asimilada a veces a
Rea, esposa de Crono y madre de Zeus, aunque su antigua caracterización frigia como la
Gran madre, deidad de toda la naturaleza y de su fuerza vegetativa, la asoció también a
la diosa Tierra (Gea), de donde sobreviene su conexión con el mito de Anteo. La
descripción más detallada y hermosa de la diosa (a la que no designa con el nombre de
Cibeles) es la que hace Lucrecio 296 en su gran poema filosófico, aunque con un jarro de
agua fría al final que nos recuerda los que a veces lanza Calderón para atemperar la
seducción de aquel mundo pagano: cosas todas ellas que están muy alejadas de la
razón verdadera.
296 Lucr. II 600-645 Quae… longe sunt tamen a uera ratione repulsa.
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