PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

este mundo antiguo, muy estereotipadas en la mayor parte de las ocasiones, dan lustre a
la obra poética, son una especie de distintivo convencional para acreditar el nivel de
erudición del autor, al que se le presume en contacto con la fuente de la sabiduría y la
inspiración literaria. Este cultivo extendido y prestigiado hace que la mitología fuera un
tema familiar a la creación literaria de la época, reconocido también por el receptor de
estas obras. Calderón no hace sino sublimar esta tendencia aprovechando más que
ningún otro el tema mitológico como inspirador argumental de una parte significativa
de su producción dramática.
Por otro lado, hemos advertido que la recepción de la mitología clásica por los autores
del Siglo de Oro, y aún más su uso, está muy esquematizada. Es decir, se muestra una
preferencia por ciertos ciclos míticos y por unos perfiles muy limitados de sus
personajes: Baco es despojado de toda la enorme riqueza de matices que tiene en el
mundo clásico (pensemos en Las Bacantes de Eurípides, por ejemplo), para venir a dar
en un más o menos chabacano símbolo del abuso del vino; Vulcano, o es un experto
herrero o el marido cornudo; Marte, un adúltero o un símbolo primario de la guerra;
Venus y Diana son encarnación del amor sensual, la primera, y la continencia, la
segunda; y así sucesivamente. Esta estricta codificación permite alusiones metafóricas
que dan por sabida la conexión de los personajes con los atributos o rasgos principales
de su mito. Circunstancia que convierte muchas veces la referencia a un dios o a un
héroe en casi un nombre común. Y para que acontezca este proceso la presencia del
tema mítico en la cultura de estos creadores ha tenido que ser intensísima.
Pero también la tradición mítica en su conjunto aparece muy limitada cuando la obra
literaria asume un mito como argumento principal. Un ramillete de leyendas ha hecho
fortuna y se repite sin cesar en fábulas y dramas mitológicos, interpretadas siempre de
manera muy semejante, adoptando una lectura preferente sobre la siempre multiforme y
compleja naturaleza del relato mítico. En el Siglo de Oro el mito como argumento se
emplea, fuera de composiciones menores (fundamentalmente sonetos), en dos tipos de
obras: la fábula, un poema de larga extensión, frecuentemente en décimas u octavas,
que desarrolla un argumento mítico en toda su dimensión, y el drama mítico, comedia o
auto sacramental, que también puede adoptar una leyenda antigua como base
argumental. Pues bien, parece existir en estas composiciones un principio de imitatio o
emulación superadora, más que la búsqueda de la originalidad.
Al repasar la copiosísima información que nos ofrece Cossío 55 en su fantástico recorrido
por la fábula mitológica en el Siglo de Oro, comprobamos la insistente repetición de los
mismos motivos en todos los autores 56 . Y si en época medieval la tradición mítica
hegemónica fue la materia troyana, en nuestro Siglo de Oro prevalecen sobre todas las
demás las leyendas que narran un episodio amoroso de final desgraciado: son los casos
de Hero y Leandro, Píramo y Tisbe, Venus y Adonis, Céfalo y Procris, Teseo y
Ariadna, Eco y Narciso, Polifemo y Galatea, Orfeo y Eurídice, Psique y Cupido,
Endimión y Diana, Dafne y Apolo, Acteón y Diana, Ifis y Anaxárate, Alfeo y Aretusa y
algunos otros semejantes; fuera de este núcleo temático predominante, hay otros lances
55 Remitimos para los detalles de autores y títulos a la obra de COSSÍO Y MARTÍNEZ FORTÚN (1952), una recopilación
sistemática, erudita y amena que pone en su lugar la dimensión de la fábula en la literatura española de la época.
56 En un apresurado recorrido por el título de las fábulas que aparecen en la recopilación de Cossío, nos encontramos
con veintidós dedicadas a Adonis (con mayor o menor relevancia del papel de Venus en la historia), dieciséis a
Píramo y Tisbe, diez a Eco y Narciso, ocho a Apolo y Dafne, siete a Hero y Leandro, cinco a Céfalo y Procris, cuatro
a Acteón y Diana… La muestra nos sirve para confirmar que los temas se repiten de manera insistente.
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