PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

cielo en él estriba… (2026). En la Hija del aire poco le falta al titán para convertirse en
un puro sinónimo de “monte”: …pues este florido monte, / verde emulación de
Atlante,… (726). Su mención se utiliza para enfatizar el gran tamaño de una montaña, o
de cualquier construcción humana. Al rey Nino se le ocurre esta comparación cuando
contempla el espléndido mausoleo de su padre: …vio ese eminente obelisco, / regular
Atlante nuevo, / nuevo fabricado Olimpo… (761). Y para acabar de ejemplificar este uso
nos puede servir una referencia contenida en Fortunas de Andrómeda y Perseo, donde
Calderón, describiendo el vuelo de Pégaso, rellena un verso con esta tópica alusión:
Sobre la cumbre del monte / Parnaso, émulo de Atlante, / ha parado el primer vuelo
(1673).
Otras menciones mantienen una conexión menos deslexicalizada con su célebre mito.
Atlante es un titán castigado a sostener la bóveda celeste por haber pretendido destronar
a Zeus en la famosa Gigantomaquia. De este castigo lo releva temporalmente Heracles
en el curso de uno de sus famosos trabajos, el que le lleva al Jardín de las Hespérides en
procura de las famosas manzanas de oro. El propio Hércules alude a este mito en Los
tres mayores prodigios, aunque con alguna innovación: al Oeta, ese gigante / de hiedra,
que a Atlante opuesto, / le ayuda en ausencia mía / a sostener el gran peso / de once
globos (1576).
Fieras afemina Amor es la obra que más se detiene en el mito de Atlante, aunque lo
hace de manera harto peculiar. Aquí el titán, en una de esas dicotomías tan caras a
nuestro poeta, aparece contrastado a su hermano Héspero. Mientras que el primero
nació inclinado a las letras, al segundo le atrajo más el ejercicio de las armas. Tanto
procuró Atlante el conocimiento …que se convirtiese en monte / Atlante, por la
soberbia / con que intentó competir / en las judiciarias ciencias / con los dioses; (2028-
9). Héspero, que tiene ya decidida la conquista de Hesperia (España), deja la custodia de
sus hijas a su petrificado hermano. Ellas, las Hespérides, viven en un hermoso alcázar
en las faldas del monte donde Atlante, gracias a su sabiduría, ha conseguido la famosa
manzana de la discordia y la ha plantado, dando lugar a un codiciadísimo árbol. Para
que nadie se lleve sus dorados frutos, ha colocado de guardián, enroscado en su tronco,
a un temible dragón. Hércules, al conocer la historia, y para hacer patente su desprecio
por el amor y la mujer, rehúsa enfrentarse al dragón o coger las manzanas, y abandona
el lugar. Resulta muy llamativa esta alteración del mito que deja a Hércules sin
consumar uno de sus más célebres trabajos para acentuar su salvajismo y misoginia, por
la que será cruelmente castigado. Conducta y castigo que son los ejes argumentales de
la comedia. Sin embargo, cuando lo asaltan dormido Venus y Cupido para infundirle
amor por Yole, al despertar en una especie de gruta, Hércules alude de manera más
ortodoxa al mito de Atlante: Sin duda que quiere Atlante, / desfallecidas sus fuerzas, /
que a sustentarle le ayude (2032).
Un uso metafórico de Atlante, como símbolo de soporte y fuerza, lo tenemos en La hija
del aire, donde Friso se menciona a sí y a su hermano como los que sostienen
Babilonia: …ni en ella / por Atlante de su peso / estuviesen Friso y Licas… (757). Este
sentido lo encontramos, traducido al simbolismo cristiano, en dos autos sacramentales:
en El sacro Parnaso, donde son denominados Atlantes los grandes Padres de la Iglesia,
que aparecen en escena sustentando el globo celeste de la fe: ¿Cómo podrás contra tales
/ sujetos, que Atlantes fuertes / son del cielo de la Fe? (796). La estima del término sube
a su más alto grado en otro auto sacramental, Andrómeda y Perseo, en el que se designa
a Dios con la expresión Atlante verdadero (62).
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