PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

SOL (Ἥλιος, Sol) Total menciones: 56
HDA (2) PDR (5) HSF (44) AYC (2) EDP (1) EDO (2)
APOLO / CLÍMENE / ETONTE / FAETÓN / FLEGÓN
A] En la época de Calderón la síntesis entre Apolo y el Sol era absoluta, y la utilización
de uno u otro nombre casi indiferente para referirse a la misma entidad divina, con el
único matiz, si acaso, de que cuando el personaje asume un perfil más antropomórfico,
tiende a recibir el nombre de Apolo, y cuando la alusión cobra un matiz más astral,
recibe el de Sol. En Apolo y Clímene, Apolo, que presenta la naturaleza del titán Helio,
cuenta cómo en el reparto que Júpiter hizo entre los dioses, a él le tocó gestionar el sol:
…que fio de mi cuidado / del Sol el carro, en quien tuve / el imperio de los rayos / y el
tridente de las luces (1853). Apolo, por tanto, es el Sol, pero también lo gobierna: Y
pues Júpiter, es fuerza / que desenojado indulte / de Apolo el destierro, y vuelva / a
regir el Sol… (1854). En La hija del aire, el Sol es mencionado en dos de sus facetas
más conocidas: una como el astro que sigue sobre el carro su periplo diario, y que va
observando lo que sucede bajo él: A tanta admiración, / suspenso queda en su carrera
el sol (716); otra, como la divinidad que todo lo ve, y que, haciendo alusión a sus
amores con Clímene, es capaz de sentir esa pasión. Tiresias insta a Semíramis a que
esconda su belleza en la cueva porque …me está dando temor / pensar que el sol te ve, y
que / sabe enamorarse el sol (716). En La Púrpura de la Rosa, el Sol es quien ha
contado a los de Delfos, en guerra con los de Gnido, que Marte está entretenido en
asuntos de amor. Otra vez se nos presenta el Sol como divinidad omnividente (y se
recuerda, de paso, su papel delator en el mito del adulterio de Venus con Marte): …pues
los de Delfos, sabiendo / que te ausenta tu pasión, / porque el Sol se lo ha contado, /
(que no calla nada el sol)… (1769). En El Hijo del Sol, Faetón, el Sol es un personaje
clave de la comedia. Su asimilación con Apolo es completa (significativamente, los
últimos versos se refieren a su título, pero modificado: Faetón, hijo de Apolo), pero,
como decíamos más arriba, el personaje suele asumir el nombre de Sol cuando tiene un
perfil más astral (…no ver del Sol la luz clara… 1884; …pues ya sale / el Sol… 1900),
cuando Faetón se titula como hijo del Sol (Loco o no, he de presumir / desde hoy de hijo
del Sol 1889), o para dar un mayor énfasis a su linaje. Así mismo, cuando toma las
riendas, lo hace sobre el carro del Sol. La identificación del Sol con Apolo vuelve a ser
completa en La estatua de Prometeo, en boca de Palas: De Júpiter y Latona, /
hermanos del Sol, Minerva / y yo nacimos… (2074). Y para acabar, nos encontramos
también al Sol en un auto sacramental, la segunda versión de El divino Orfeo, donde se
alude al Sol como padre de Orfeo, pero con mayor referencia a Jesús que al propio
Orfeo, del que nunca se ha dado semejante filiación: Hijo dicen que es del Sol, / y aun el
Sol mismo pudiera / ser… (1847).
B] En la mitología griega Helio y Apolo, ambas divinidades solares (recuérdese el
epíteto de Apolo, Febo, el brillante), estaban bien diferenciados. Helio, hijo de los
titanes Hiperión y Tía, conduce por la bóveda celeste su carro, tirado por sus briosos
corceles. Su leyenda más conocida es la que le vincula con su hijo Faetón (cf. este
apartado). Su filiación la tenemos ya en Hesíodo 867 , que le dedica al dios-astro epítetos
muy físicos (grande, resplandeciente, infatigable, que ilumina a los mortales). En
Homero 868 destaca su papel en la Odisea, donde ya se le cita en los primeros versos,
867 Hes. Th. 371 μέγαν; 760 φαέθων; 956 ἀκάμαντι ; 958 φαεσιμβρότου.
868 Od. I 8 νήπιοι, οἵ κατὰ βοῦς ῾Υπεπερίονος Ἠελίοιο.
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