PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

(…cuando el muchacho comenzó a disfrutar de su audaz vuelo, abandonó a su guía y,
llevado por el deseo de subir al cielo emprendió un camino más alto…).
C] Pérez de Moya 550 recoge la leyenda y en su declaración moral lo pone, igual que
Calderón, como ejemplo de soberbia: …que guardemos el consejo de los padres y
huyamos de la soberbia, si no queremos despeñarnos como Ýcaro… Existen numerosas
muestras de la impronta de este mito en la literatura española 551 , que inciden, por lo
general, en la admonición moral de Pérez de Moya. Así lo apreciamos en Quevedo 552 :
Ícaro en senda de oro mal segura / arde sus alas por morir glorioso.
FRP (148)
IFIS (Ἶφις, Iphis) Total menciones: 148
ANAXÁRETE / ANTEROS / CUPIDO / PIGMALIÓN / VENUS
A] Ifis se nos muestra en La fiera, el rayo y la piedra como rey de Epiro. Ha llegado a
Sicilia tras salvarse de un naufragio, y allí se encuentra con otros dos jóvenes,
Pigmalión y Céfiro. Los tres coinciden con Irífile, una hermosa dama de aspecto
descuidado y cubierta de pieles. Es ella la que interpreta un eclipse que todos acaban de
contemplar como el nacimiento de una deidad, tan opuesta / a todos, tan desigual, / tan
sañuda, tan violenta, / que ha de ser común discordia… (1595). Ellos lo ignoran, pero
lo que se anuncia es el nacimiento de Cupido que, en pugna con Anteros (el amor
correspondido), su hermano, los va a convertir a todos en el campo de batalla en el que
se dirima su poder. Los tres jóvenes menosprecian a la recién nacida deidad, lo que
provoca su venganza. Al grupo se suma Anajarte, una joven de carácter irascible y muy
áspera con los hombres, por la que siente una gran pasión su primo Céfiro, y de la que
se enamorará también Ifis. Y para completar el cuadro, tenemos además la estatua que
ha construido Pigmalión, y de la que él mismo se ha enamorado. Cupido ejecuta su
venganza lanzando las flechas sobre el grupo (las del amor y las del rechazo): Anajarte
recibe la flecha de plomo, que acentúa su actitud de rechazo al amor (Por más que me
persuadas, / no he de amar, ni he de admitir / tu correspondido amor. / Para ser rayo
nací 1623), mientras que Céfiro e Ifis han recibido las de la pasión por ella. Ifis no se
resigna a este rechazo, y vuelve a aparecer con un ejército para conseguir a Anajarte de
grado o por fuerza y nombrarla reina del Epiro. Pero a pesar de las buenas intenciones
con las que ha venido (…a ponerte en libertad / vengo, y a hacer que restaures / tu
reino… 1626), y a pesar de que le promete no hablarle de amor durante la campaña, ella
se muestra tan esquiva y hostil con él como siempre. Considera, incluso, la idea de
matar a Ifis si éste la repusiera en su reino, para no tener que agradecerle nada: ¿faltará
/ un veneno que le acabe; / una cuerda que le ahogue, / o un acero que le mate, /
aunque venganza después / pida Anteros a su madre? (1629). Este rechazo tan
exacerbado al amor acarrea a Anajarte (el rayo) el castigo de ser convertida en roca, con
lo que triunfa el amor correspondido sobre el Amor vendado y ciego. Ifis, por su parte (y
a diferencia de lo que acontece en el mito clásico), conserva la vida, pero muy
apesadumbrado por la pérdida de su amada (Si es mármol, sabré adorarla 1635).
550 PÉREZ DE MOYA, Filosofía secreta, IV, 27.
551 Una perspectiva completa de esta tradición la podemos seguir en TURNER (1976).
552 QUEVEDO, Poesía original completa, 449, 7-8.
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