PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

mil surcado, / cuyo turbio cristal desentonado / parece, a lo que creo, / desperdiciado
aborto del Leteo (1511). El Leteo, masculinizado, es entendido por Calderón como un
río infernal. En La hija del aire no sólo se utiliza como elemento de comparación, sino
como descripción anímica de un lugar que tiene algo de sacrílego: Yace, señor, en la
falda / de aquel eminente risco, / una laguna, pedazo / del Leteo oscurecido / de
Aqueronte, pues sus ondas, / en siempre lóbregos giros, / infunden a quien las bebe /
sueño, pereza y olvido (722). Así comienza la descripción que hace Lisias a Menón del
lugar donde encontrará a Semíramis y al adivino Tiresias. En esta mención, llena de
tenebroso misterio y augurio fatal, tenemos explícitas tanto la propiedad de las aguas de
la fuente, la de inducir al olvido, como su ubicación (como parte del Aqueronte) en las
mansiones infernales. En La púrpura de la Rosa se citan las aguas leteas como aquellas
en que Vulcano templa los rayos de Júpiter: Para el abrasado temple, / que montes
fulmina, / de venenosas aguas se vale / Leteas y Estigias (1779). Volvemos a ver
relacionados dos lugares emblemáticos de las mansiones infernales.
En las dos versiones de El divino Orfeo tenemos una mención a este tétrico lugar. En la
edición más antigua, el río no cobra naturaleza de personaje, sino que forma parte del
lúgubre pasaje infernal. Amor guía a Orfeo (trasunto de Cristo martirizado) por esos
terribles parajes: Sígueme, que yo gobierno / tus pasos, y el lago Averno / los dos hemos
de pasar / del Letheo, hasta tocar / en las puertas del infierno (1831). Pero es el propio
Aqueronte quien describe con precisión ante Orfeo la naturaleza del lugar: Este piélago
feo / selva de negras ondas, es Letheo, / que significa olvido, / y es río de la muerte su
apellido, / pues en ella se olvida / todo el aplauso de la humana vida (1831).
Descripción que potencia el valor alegórico del lugar, que queda fuera de dudas unos
versos más adelante: Luego que yo soy, se prueba, de esta suerte / Aqueronte, Letheo,
olvido y muerte (1831). Los distintos lugares de la geografía infernal no son, en
realidad, más que sinónimos conceptuales, todos ellos equivalentes en el léxico cristiano
a la palaba infierno, pues cuando Aristeo ha conseguido engañar a Eurídice, desvela su
identidad como señor de los infiernos: …cuando en aquel disfraz, pastor te amaba / con
el nombre fingido de Aristeo. / Hoy que la alegoría se acaba / Plutón me nombro, en
cuyo nombre leo / ser absoluto dueño del Leteo (1832). En la segunda versión de El
divino Orfeo, Leteo cobra aún más relevancia, al ser individualizado como un personaje
alegórico, asumiendo la figura de un barquero que porta una guadaña, es decir, un
paralelo al Caronte mitológico. Comienza el auto de manera muy efectista, con el
Príncipe de las tinieblas atravesando el terrible río: Ya que surcar (digo otra vez) me veo
/ sobre las negras ondas del Leteo, / a quien por lo letal, otro sentido / ha de llamar el
río del Olvido (1839). Poco más tarde lo invoca (¡Oh tú, río del Olvido…! 1843) para
que nadie pueda cruzar en su nave que no quede sujeto al imperio del infierno. Sin
embargo, Orfeo será capaz de cruzar el río de vuelta, abatiendo a Leteo a la vez que
Leteo lo mata a él (Mas ¡ay!, que al mismo instante / que mato, muero, pues / toda mi
furia cae / a tus plantas, adonde / muerta la Muerte yace. / Por encima de mí /
trasciende los umbrales / del morir 1853). Orfeo, sin embargo, resucita y logra rescatar
a Eurídice del infierno.
B] Para Hesíodo 1072 Olvido es hija de Eris, y hermana de la Fatiga, el Hambre, los
Dolores, las Guerras y un tenebroso y largo etcétera. Ovidio 1073 , siguiendo el relato
1072 Hes. Th. 226-233.
1073 Ov. Met. XI 603-604 …riuus aquae Lethes, per quem cum murmure labens / inuitat somnos crepitantibus unda
lapillis.
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