PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

también hace Lope de Vega 857 en uno de sus sonetos, dedicado al rey Nino: Rendida
pues la mano victoriosa / a la lascivia… / … / «justamente acaba / con muerte vil quien
de mujer se fía».
ESP (29)
SIBILAS (Σίβυλλαι, Sibyllae) Total menciones: 29
CUMAS / DELFOS / MUSAS / PARNASO / TÍBUR
A] En el auto sacramental El Sacro Parnaso aparecen cuatro Sibilas (la Cumana, la
Pérsica, la Délfica y la Tiburtina), que concurren a una suerte de certamen («¡Venid,
mortales, venid! / Venid, venid al certamen; / que el que legítimamente / lidie habrá de
coronarse! / ¡Venid, mortales, / que quien llama a todos / no exceptúa a nadie!» 777).
En él estarán representados el Judaísmo y la Gentilidad (con sus respectivos libros, el
Antiguo Testamento y las Metamorfoseos), que se enfrentarán entre sí en un interesante
debate dialéctico moderado por la Fe, que acaba por decirles que están en las faldas del
Sacro Parnaso y que la fuente que de él mana es la fuente de la gracia, que es lo que a
ellos les ha faltado para que sus vislumbres de verdad se conviertan en verdadera
doctrina. Allí se dan cita cinco grandes padres de la Iglesia (San Jerónimo, San
Gregorio, San Ambrosio, San Agustín y Santo Tomás), junto a cuatro Sibilas de
abolengo grecorromano (Délfica, Cumana, Pérsica y Tiburtina). Las Sibilas establecen
las bases del certamen teológico-poético, en que los participantes habrán de recrear en
un determinado metro (sonetos, décimas, coplas…) algunos de los principales dogmas
cristianos. Gentilidad y Judaísmo quedan fuera del certamen, aunque asistirán
disfrazados para ver en qué queda todo. Como guiño a la posible asimilación de la
sabiduría pagana, el auto se concentra en describir la conversión de San Agustín, que
pasa de ser el único sabio que iba a polemizar con el dogma, a abrazarlo de manera
entusiasta. Al final, se celebra el certamen, y ante la apabullante protesta de fe de todos
los participantes, Judaísmo y Gentilidad no pueden soportar su descontento y
manifiestan su identidad. Pero mientras el primero se mantiene cerril en sus posiciones,
la segunda pide misericordia a la Fe, que le concede ocupar su sitio en el nuevo Parnaso,
indicando con ello que la sabiduría grecorromana puede ser cristianizada: Llevadle al
monte vosotras / y agradezca el que lo entiende / ver a la Gentilidad, / en aqueste rasgo
breve, / heredera de la viña / que el ciego Judaísmo pierde (795).
B] La Sibila era en la mitología una intérprete femenina de Apolo. El nombre les vino
dado por una primera mujer inspirada con dotes proféticas de nombre Sibila, hija del rey
Dárdano de Troya. La Sibila contemplaba el futuro en estado de trance. En la tradición
griega clásica sólo se hablaba de una Sibila (Heráclito 858 ), pero posteriormente hubo
varias, que recibieron el nombre según el lugar donde tenían su asiento. La más célebre,
sin duda, fue la Sibila Délfica, radicada en el santuario de Delfos; en el ámbito romano,
son la cumana y la tiburtina (de Cumas y Tíbur) las más famosas. La gran notoriedad de
la Sibila de Cumas se funda en la influencia literaria de Virgilio 859 . El poeta mantuano
hace a la Sibila de Cumas, hija de Glauco (divinidad marina y profética), guía de Eneas
857 LOPE DE VEGA, Rimas, 187, 5-6 / 13-14.
858 Heraclit. 92 y 93.
859 Verg. Aen. VI 10-13 …at pius Aeneas arces quibus altus Apollo / praesidet atque horrendaeque procul secreta
Sybillae, antrum inmane, petit, magnam cui mentem animumque / Delius spirat uates aperitque fortuna.
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