PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

Calderón abusando de la etimología 307 (…y Circe de estas montañas / – que quiere decir
en griego / maleficiosa hechicera – 414), y como también sucede en la comedia, la
Culpa logrará seducir de nuevo a Ulises, a quien ha abandonado temporalmente el
Entendimiento. Cuando éste vuelve, trata, junto con Penitencia, de persuadir al héroe de
Ítaca (…olvídate de la Vida / y acuérdate de la Muerte 418), aunque la seducción de
Circe hace que Ulises vacile (En dos mitades estoy, / partido (¡pasión tirana!) / entre el
horror de mañana / y la ventura de hoy 419). Finalmente Ulises logrará escapar de la
Culpa con la ayuda de Penitencia, que le entrega el manjar divino, la Hostia Blanca, y le
facilita la huida en la nave de la Iglesia. En un terremoto acaba la venenosa insania de
Circe, pues todos sus palacios se abaten convirtiéndose en una tétrica montaña.
En El golfo de las Sirenas se vuelve a evocar la figura de Circe y los sucesos odiseicos.
El propio héroe recuerda que en la encantada prisión / de una hermosura discreta /
Ulises envilecía / el antiguo honor de Grecia (1727). Y ese recuerdo le sirve para tratar
de superar los peligros semejantes que suponen Escila y Caribdis: …no se diga / de
Ulises que envilecer / una voz a una hermosura / su valor pudo, después / que en Circe
hermosura y voz / vencer supo (1733). En Ni Amor se libra de amor encontramos la
expresión circes como nombre común que expresa riesgos y peligros en el mar, pues la
utiliza Psiquis para desear una mala derrota a la nave que la ha abandonado: Entre
Caribdis y Scila / tan zozobrada padezcas, / que desees por bonanzas / las circes y las
sirenas (1962).
La última alusión a la famosa hechicera la encontramos en el auto sacramental El divino
Jasón, en el que Circe es considerada como elemento de comparación en las artes
mágicas, cuando Jasón, refiriéndose a Medea, dice: Ésta, pues, hermosa y sabia, / más
que Circe, inspira a un Toro / de metal, mágico aliento… (62).
B] En Homero 308 Circe no es más que una diosa con poderes mágicos, sin la menor
connotación moral y sin otro significado que el de un riesgo más en la larga travesía del
héroe hacia su tierra de Ítaca. El pecado de concupiscencia que sugiere Calderón no es
tal para Homero, que presenta la relación de Ulises con Circe con absoluta naturalidad,
y la hechicera no sólo cumple su palabra de dejar marchar al héroe, sino que le ayuda
aconsejándolo sobre sus próximos pasos y aprovisionándole furtivamente en su
despedida. Da la impresión de que es Ulises el que no muestra el menor interés en
marchar, hasta que el aburrimiento hace mella en sus compañeros. De Circe la tradición
posterior potenció su carácter de maga y hechicera. Así Virgilio 309 , que cumplimenta a
su modelo griego citando a la maga, hace que Eneas y los suyos la eviten, pues son
temibles los sonidos de los hombres que su hechizo ha convertido en fieras bestias.
Ovidio 310 se concentra, como cabe esperar en su obra, en las mutaciones en animales de
los compañeros de Ulises, sin aportar nada nuevo a lo leído en la Odisea.
C] En Pérez de Moya 311 ya tenemos las adiciones que nos explican buena parte de la
valoración moral que encontramos en Calderón: mujer de tan estremada hermosura
307 CHANTRAINE (1968, II, 534) relaciona el nombre de la famosa hechicera con el término κίρκος, una variedad de
halcón.
308 Od. X 133-574.
309 Verg. Aen. VII 8-24.
310 Ov. Met. XIV 248-307.
311 PÉREZ DE MOYA, Filosofía secreta, IV, 46.
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