PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

3 Conclusiones
Como ya se anticipa en la introducción, el enfoque preciso hacia el personaje o el lugar
no implica en nuestro estudio una limitación de horizontes a cuestiones de detalle, sino
que hemos pretendido tomar esas observaciones como punto de partida bien
fundamentado para una contemplación lo más general posible del uso de la mitología
grecorromana por parte de Calderón.
Comenzamos con consideraciones de tipo formal inmediatas al estudio de las
referencias recogidas, una suerte de onomástica y toponimia míticas, es decir, un primer
anillo concéntrico sobre el que ha sido objeto esencial de nuestro trabajo. Más adelante,
reparamos en una materia esencial para afrontar la adaptación del mito en cualquier
época, sus diversos modos de recepción. El mito puede ser utilizado como una
expresión estereotipada, más o menos codificada y formular, o puede ser recreado en
una amplificación literaria que desborda sus propias fuentes. Es inevitable, en una
investigación que pone en contacto dos tradiciones de las que una mantiene con la otra
una relación de dependencia, tratar de determinar el alcance de esa relación, es decir,
hasta qué punto nuestro autor ha seguido el modelo clásico y por qué razón, cuando eso
sucede, se ha apartado de él. En la introducción se ha tratado el tema de manera muy
general, y en las conclusiones intentamos matizar con datos concretos lo poco (e
inseguro) que se puede decir al respecto. Volvemos también, con la intención de
contextualizar el comentario lo más posible sobre la obra de nuestro autor, al interesante
asunto de la presión que han ejercido sobre el tratamiento del material mitológico la
naturaleza tan peculiar de los géneros literarios utilizados y las condiciones concretas de
creación que éstos han implicado. Creemos que el estudio aporta datos que pueden
precisar el esquema general trazado en la introducción. Por último, pasaremos revista a
los temas del gran universo ideológico de Calderón que fueron tratados en sus obras de
contenido mitológico, y que se ven encarnados en sus personajes más relevantes, así
como las raíces clásicas de algunos de ellos.
3.1 La onomástica y la toponimia míticas en Calderón
Nos ha parecido interesante comenzar el capítulo de conclusiones por lo más concreto e
inmediato, el análisis del uso por parte de Calderón de los nombres propios de persona y
lugar recogidos en este trabajo. Veremos cómo un asunto en apariencia tan secundario
es muy indicativo de la relación que mantiene nuestro dramaturgo con sus fuentes
antiguas y de su libertad en la manipulación del material recibido.
Pero antes de detenernos en unos y otros por separado, procede hacer mención de un
recurso literario que nuestro poeta utiliza con alguna frecuencia en ambos tipos de
nomenclatura y, sobre todo, en el ámbito de los autos sacramentales. Se trata de las
frecuentes y (a nuestro rigor filológico) disparatadas etimologías con las que Calderón
apuntala algunas de sus construcciones alegóricas. De la misma manera que la conexión
temática entre Teseo, Orfeo o Pan con Jesucristo es libre, la etimología que se propone
para estos (y otros) personajes o lugares se fundamenta también en una relación
nocional arbitraria que trata de potenciar el sentido de la alegoría, y en alguna similitud
fónica más o menos intensa (que se establece con libertad entre distintas lenguas,
argumentando términos griegos a partir del español y el latín sin el menor escrúpulo, y
con alusiones incluso a la lengua siriaca o a la hebraica para étimos también de origen
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