PERSONAJES MITOLÓGICOS - e-Spacio - UNED

Semíramis, el rey Nino se provee de un ramillete de tópicos: ¿Qué mucho, / si es de
estas selvas la Venus, / la Diana de estos bosques, / la Amaltea de estos puertos, / la
Aretusa de estas fuentes, / y la ella de todos ellos? (LHA, 734). El reparto por
excelencia es el que sucedió a la victoria de los Olímpicos, en el mito de la sucesión:
Cuando Júpiter, supremo / dios de dioses, distribuye / al universo, tomando / cielos
para sí en que triunfe, / y dando a Saturno tierras / que fructifique y fecunde, / a Plutón
centros que habite / y a Neptuno ondas que surque (AYC,1853). Enumeraciones que
menudean a lo largo de estas obras y que son, tal vez, la expresión máxima del mito
estereotipado.
3.2.2 El mito amplificado
Según hemos dicho, el uso estrictamente literario que se da al material mitológico
legitima al autor para amplificar el mito fuera de las fronteras trazadas por la tradición
antigua. Fronteras, por cierto, muy imprecisas, porque está en la naturaleza del mito
grecorromano su carácter mutante, proclive a todo tipo de adaptaciones y versiones,
sobre un fondo argumental más o menos estable. Muy lejos de los textos sagrados de las
religiones de libro, que fundan la solidez de su credo en la inmutabilidad de la palabra,
los autores griegos y romanos aportaron al mito pinceladas propias de acuerdo a sus
intereses, preferencias o sentido estético. Esa presentación poliédrica de la tradición
mítica, patente incluso en las grandes compilaciones mitológicas que hemos comentado
en la introducción (que ofrecen con frecuencia varias versiones, autorizadas por
distintos autores, de una misma leyenda), predispone al material mitológico a un
tratamiento literario muy libre.
A ello debemos añadir que los géneros a los que se adapta, la comedia o el auto
sacramental, tienen una extensión y están sometidos a unas convenciones literarias que
forzosamente expanden la narración mítica. Esta circunstancia se da en todas las
comedias de argumento mitológico, y cualquiera de ellas nos podría servir de
ejemplo 1145 , por lo que nos vamos a detener en una sola. Nos ha parecido especialmente
significativa la versión que hace Calderón del mito de Eco y Narciso, por lo escueto de
la fuente ovidiana (para apreciar en su medida una amplificación que va de los 71
versos del poeta latino a los 2000 1146 del drama calderoniano), pero sobre todo, por la
adaptación que hace nuestro dramaturgo del viejo mito pagano a su universo conceptual
y estético, que abre horizontes insospechados a la leyenda antigua, llena de fantasía y
encanto, pero de carácter muy lineal.
Ya para empezar, ninguna mención hay en Ovidio al cumpleaños de la ninfa, que es una
aportación de Calderón para contextualizar la ocasión (el natalicio de la infanta
Margarita), y cumplir con una de las funciones (sin duda, la más inmediata) de esa
comedia, que era la de cumplimentar al monarca y a su familia. El dramaturgo le
confiere al mito un carácter decididamente pastoril, circunstancia ajena al relato de
Ovidio. Cambia para ello la ubicación de la acción, emplazándola en la bucólica
Arcadia y amplía el mito con las convenciones propias de ese género. Así, los cantos de
los pastores que pretenden a la ninfa Eco nos recuerdan el estilo de una égloga pastoril:
Eco hermosa, en quien cifró / la sabia naturaleza / la más singular belleza / que jamás
1145 En los autos sacramentales esta ampliación es, si cabe, más notoria, pues el contenido cristiano es totalmente
advenedizo al mito clásico. Creemos, por tanto, que no necesita de mayores comentarios.
1146 Cómputo de acuerdo a la edición de AUBRUN (1963).
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