23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

puerta del consultorio, cuando llega el último de los
miembros de un grupo o cuando finaliza la pre-tarea y
comienza la denominada "tarea" en si misma)
Podríamos llamarlas semiconstantes, o constantes
idealmente en movimiento ya que, salvo en
oportunidades drásticas, no tienen una rigidez
inconmovible o un devenir que no sea vivido como una
evolución sin bruscas alteraciones durante sus
mutaciones. Es más, muchas veces estas
modificaciones se van produciendo de manera tan
paulatina que el percatarse de ellas cobre en el espacio
de supervisión, o en alguna otra instancia en la que se
realiza una mirada retrospectiva del aprendizaje y de
los puntos de vista que se han podido ir tomando con
respecto a estos temas. Y si acaso el profesional no
supervisara, o no acostumbrase a revisar su historia
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laboral, bien podrían estos cambios quedar
inadvertidos.
Me parece importante aclarar que si bien estoy de
alguna manera aludiendo a la ubicación filosófica y
teórica del terapeuta, y a su contacto práctico con el
objeto que estudia, no me refiero especificamente a
estos en algún sentido valorativo, sino que los ubico
situacionalmente como posibles integrantes del
encuadre, como sumatoria de ingredientes que en su
conjunto hacen factible la construcción de un clima de
trabajo consecuente, cómodo y tendiente a la eficacia.
En términos de Bleger, podría decir que
fenomenologicamente el encuadre terapéutico es
situacional en lo temporal, y dialecticamente dinámico y
dramático en el acontecer.Dinámico en cuanto se