23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

sonidos y de nuestra propia escucha.
Al inicio, el conocimiento del mundo es un conocimiento
sonoro; aún más, parece que penetramos en este
mundo por conocimiento de nuestra voz.
El juego incesante, el vaivén sonoro, incoherente para
el adulto pero altamente significativo para el bebé, ese
baño sonoro en el cual somos envueltos, ese
sumergirse en un mundo ruidoso, es nuestro primer
despertar para la vida, nuestra primera marca de
autonomía, de tomada de conciencia de datos
imprescindibles de la realidad.
Y cualquier obstáculo a ese juego podrá acarrear un
perjuicio considerable a su estructura ulterior.
Esta introducción me parece que describe y ratifica la
importancia del sonido en nuestro desarrollo y el papel
que la musicoterapia debe asumir cuando la captación
de este sonido ha sido interrumpida.
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Para ilustrar las idéas que presenté hasta aquí, me
gustaría mostrar el tratamiento musicoterapéutico que
vengo desenvolviendo con un niño discapacitado
auditivo. Para ésto cuento con el permiso de la familia.
Se trata de un niño, nacido en el Brasil el 14/06/86, por
parto normal, de padres ingleses. Sebastian, (será
utilizado su nombre verdadero porque aparecerá en el
material audio-visual que será presentado), tiene
actualmente seis años y tres meses de edad e inició la
Musicoterapia cuando tenía dos años y nueve meses.
Está siendo atendido por mi desde marzo de 1989 y
tuvo hasta la presente fecha un total de 157 sesiones
de 45 minutos. Actualmente la frecuencia es de una
sesión por semana, desde que pasó a estudiar en la
Escuela Británica, en 1991.
Sebastian tuvo meningitis bacteriana en abril de 1988