23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

humana.
Creemos que la variedad de estimulos otorgados a un
niño amplia el campo referencial y los resultados en el
manejo de ese campo. Es por eso que el niño se verá
enfrentado al lenguaje gráfico y escrito, a la lectura
labial y a la estimulación del canal que tiene afectado: el
auditivo. La estimulación auditiva, muchas veces
dejada de lado, ocupa un lugar importantisimo en
nuestro sistema educativo. En primer lugar, porque es
posible darla, ya que toda persona con pérdida
auditiva, cualquiera sea su grado, posee un haber
auditivo que si se valora y se estimula adecuadamente
lo más temprano posible, permitira aumentar las
posibilidades de desarrollo.
Y fundamentalmente ofrecer esta estimulación es
necesario, porque por medio de ella el niño podrá tomar
contacto con el entorno acústico que lo rodea y usar
ese material como otro medio de información que le
ayudará en su manejo cotidiano y, de acuerdo con su
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capacidad auditiva e intelectual, hasta podrá beneficiar
la inteligibilidad de la palabra y la construcción de su
lenguaje.
Uno de los grandes desafios que debemos enfrentar
los educadores oralistas es lograr una buena voz y
articulación en el discapacitado auditivo, que le
permitan al interlocutor decodificar el mensaje que se
transmite y conocer a través del mismo, el nivel de
lenguaje alcanzado.
Por ello, hemos llegado a la conclusión de que resulta
prioritario apuntar a la corrección de los aspectos
suprasegmentales del habla: ritmo, entonación,
acentuación, duración, pausa y tiempo.
Los mismos, junto con la connotación afectiva,
preceden y acompañan el aprendizaje articulatorio. El
ritmo y la entonación, a los que siempre se les ha
reconocido una peculiar trascendencia en la
transmisión de los matices emocionales de la palabra,