23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

veces su grabador y otras también sus instrumentos.
¿No hay algo desvirtuado en esta actitud? Me refiero a
la de una gran cantidad de instituciones privadas que
lucran a costa de malos servicios; o que privilegian la
hotelería en desmedro de los honorarios profesionales
y del equipamiento necesario.En estos lugares se
puede observar a los musicoterapeutas invirtiendo a
veces más tiempo en negociar, defender o construir un
encuadre que en ocuparse de los contenidos del
trabajo. Las propias ideas que se pueden tener acerca
del encuadre están atravesadas por las de la
institución, que en lo referente a la relación pacienteprofesional
suelen no estar al servicio ni de uno ni de
otro.
Como toda crítica sin propuesta es paralizante, y como
en toda relación ambas
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partes implicadas tienen algo que ver, considero
prudente revisar la parte que puede tocarnos a los
musicoterapeutas en esto. Tal vez una carencia puede
estribar en la no formalización a nivel reglamentario del
ámbito, condiciones y equipamiento mínimo de trabajo
del profesional musicoterapeuta Cada pais tiene una
realidad diferente en este temas pero sabemos que en
la mayorla esta carencia aún persiste.
Rescato otro párrafo de Rodrigué: 'El consultorio es un
ámbito con su espacio y su tiempo propios. Es un
microcosmos donde se desarrolla un proceso y es un
retablo donde se generan "movimientos " y "ruidos". (...)
El encuadre viene a ser la pantalla del retablo analitico
que tiene que tener el suficiente grado de constancia y
consecuencia para que la trama de fantasias que en
ella se proyectan puedan ser discriminadas".