23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

Por el clima sonoro familiar y social en el que vivían, la
repetición, la agresión y la mala comunicación no les
permitía dar curso a todas las emociones que se les
despertaban, como si tampoco a sus impulsos
sexuales. Estaban en una situación donde se
acrecentaban las demandas familiares, sociales y
grupales. Esto les exigía respuestas y cambios.
Los padres se hacían cargo de sus hijos discapacitados
y responsables de la mayoría de sus actos.
Cualquier esituación nueva -y por ende no habitual-,
provocaba conductas no esperables por los padres,
generando el consabido miedo a lo desconocido.
A esas conclusiones arribé en las primeras sesiones en
las que realicé un diagnóstico de grupo.
Por eso decidí utilizar la sesión de Musicoterapia como
marco de elaboración de sus problemáticas,
considerando a los pacientes como autores -
compositores- de las trayectorias quc desarrollaban en
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cada sesión.
Poco a poco iba trabajando con las distintas
problemáticas que emergían en las sesiones a partir de
la exploración creativa de nuevas trayectorias que les
posibilitaran llegar a una recuperación.
Es clave considerar a los pacientes responsables y
artífices de sus propias trayectorias.
El eje principal en las sesiones era la comunicación, no
como expresión indiscriminada sino como un
reconocimiento de la expresión de cada uno y de los
demás.
Quiero recordarles que para mí, trayectoria es toda
conducta expresiva, tanto a nivel sonoro como
corporal, que desarrollan los pacientes en cada sesión
en los planos: armónico, de, las alturas, de las
velocidades, de las intensidades, y de las texturas del
sonido, componiendo sus respectivas Trayectorías
globales.