23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

y cirugía en sí.
En el comienzo de esta etapa trabajo con lo que
denomino el abanico musical, en el cual presento una
serie de melodías detonantes y desencadenantes de
ritmos y movimientos corporales internos y externos a
partir de los cuales selecciono las melodías que
conformarán las dos cintas personalizadas: la
anestésica y la quirúrgica.
La cinta anestésica se trabaja antes del suministro de la
anestesia para potenciar el efecto de la misma. Los
objetivos que trabajo con esta cinta son: disminuir la
dosis de anestesia, descender el nivel de captación
sonora, disminuir la tensión muscular del paciente,
regular su presión y temperatura, aumentar el volumen
respiratorio y ralentar su ritmo.
Recalco la importancia de utilizar para la
compaginación de ambas cintas, música que sea
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significativa o preferida para el paciente ya que la
explicación fisiológica a nivel límbico, talámico e
hipotalámico juega un importante papel en la
regulación emocional.
Utilizo la cinta quirúrgica como cortina musical durante
las dos últimas sesiones del pre-quirúrgico para
trabajar la concientización de la operación y los miedos
y fantasías que genera la proximidad de la misma.
La etapa prequirúrgica es la más versátil y costosa para
el paciente. Lo ideal es trabajar ocho sesiones previas a
la internación u operación. En casos de urgencia
generalmente no hay tiempo de diálogo con el paciente
con lo cual los objetivos y procedimientos básicos se
alteran.
El musicoterapeuta que trabaja en cirugía debe estar
durante esta etapa disponible para el paciente las 24
hs.