23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

protoplasma-membrana puede ser su origen, siendo
estas, de nuevo, conjeturas imaginativas acerca de la
mente en evolución. Nos interesa tratar de hacer otro
modelo que incluya una posibilidad más de indagar los
sucesos psíquicos en su estado original--in status
nascendi.
La interpretación “madura”, cuando la “parte melódica”
de la experiencia psicoanalítica está por expresarse en
el vínculo. Su capacidad musical se ha entonado
satisfactoriamente y por eso es “escuchada” su
“evocación”. La “alta fidelidad” de la interpretación es la
pare del contacto que se hizo posible por la rítmica de
las re-sonancias selectivamente armonizadas. Allí entra
toda la variedad de gamas de géneros posibles de ser
escuchados, desde un adagio o un allegratto, un vals o
un rock. En el momento de la maduración interpretativa
se es´ta realizando el acto de selección natural de lo
que se “prendió” en la escucha y se está aproximand a
la creación que vá a realizar-se en común.
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La melodía que en ese moemtno se escucha, es una
fantasía, que se pro-crea por sus resonancias
armónicas. La coloratura... el color musical, su
temperamente, corresponde a un momento realizado
previamente y que está por se escuchado de nuevo.
esta sería la condición ideal de un momento
psicoanalítico logrado: la de realizarse en un biescucha
que se sonorice plenamente en
reciprocidades audi-fono-visuales, aunque estas
tengan que referirse a momentos plenos de dolor. En
una reciente experiencia realizada en común por uno
de nosostros con la musicóloga Cristina Zamani, se
llegó a la conclusión de las interv-valaciones
universalmente más difundidas en la entonación
humana, se realiza en “tercera menor descendente” y
“cuarta justa ascendente”.
Contacto, poesis, envoltura musical, expresadas en
ese “re-sonar” materno. La “interpretación como un
“pre-sonare-mamá-simbolo”, que con sus resonancias