06.05.2013 Views

23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

23.7. 1993 Vitoria-Gasteiz / Spain - World Federation of Music Therapy

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Suele ocurrir -al menos en los llamados paises<br />

perifericos- que al desempeñarnos en instituciones,<br />

existe una disarmonía entre la idea de encuadre del<br />

terapeuta y la de la institución. Esto es algo que también<br />

puede observarse en la supervisión, pero a los efectos<br />

de abreviar me voy a centrar en lo institucional. Este<br />

desfasaje casi siempre se da no en los postulados sino<br />

en los hechos, provocando un efecto de doble vínculo<br />

paralizante o inoperante. Parece dificil pensar en<br />

términos de objeto sonoro, de discurso sonorocorporal,<br />

de imagen corporal o de imagen sonora cuando el<br />

ámbito pre-determinado para intentar realizar la tarea<br />

no es el adecuado. No es algo alejado de lo cotidiano<br />

que las instituciones asistenciales, por diversificación<br />

de intereses o por desconocimiento de los<br />

requerimientos de la práctica musicoterapéutica,<br />

destinen como ámbito para la misma un garaje, un<br />

1184<br />

patio cerrado con ventanas rotas y piso de baldozas, un<br />

comedor por donde transitan mucamas, un pasillo o<br />

una sala de estar de la que entran y salen enfermeras y<br />

otros pacientes ajenos a la actividad, en lugar de un<br />

consultorio destinado exclusivamente para<br />

musicoterapia Habría aquí un choque entre el deseo<br />

del terapeuta y el deseo de la institución, en una diada<br />

vertical.<br />

En una <strong>of</strong>icina comercial, o incluso en las <strong>of</strong>icinas<br />

administrativas de las clínicas privadas, a nadie se le<br />

ocurriría pedirle a los empleados que lleven sus<br />

maquinas de escribir, sus cintas y sus resmas de papel.<br />

Como a nadie se le ocurriría pedirle al radiólogo que<br />

costee las placas a utilizar o al psiquiatra que pague el<br />

importe de los psic<strong>of</strong>ármacos que receta El<br />

musicoterapeuta, sin embargo, pone sus cintas, a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!