12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 118Estos políticos, que pensaban primariamente en términos <strong>del</strong> territorio nacional establecido,estaban bastante justificados al mostrarse suspicaces ante el imperialismo, excepto que había algomás en juego que lo que el<strong>los</strong> denominaban «aventuras de ultramar». Sabían, por instinto más quepor perspicacia, que este nuevo movimiento expansivo, en el que «el patriotismo... está mejorexpresado en ganar dinero» (Huebbe-Schleiden) y la bandera nacional es un «activo comercial»(Rhodes), sólo podía destruir el cuerpo de la Nación-Estado. Las conquistas, así como laconstrucción de imperios, se habían desacreditado por muy buenas razones. Habían sido realizadascon éxito sólo por Gobiernos que, como la República romana, estaban basados primariamente en laley, de forma tal que la conquista fuese seguida por la integración de <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> más heterogéneos,imponiéndoles una ley común. La Nación-Estado, empero, basada en el activo asentimiento a suGobierno de una población homogénea (le plébiscite de tous les jours) 5 , carecía de semejanteprincipio unificador y, en caso de conquista, tenía que asimilar más que integrar, imponer elasentimiento más que la justicia, es decir, degenerar en tiranía. Robespierre se había mostrado yaconsciente de esto cuando exclamó: Périssent les colonies si elles nous en coûtent l’honneur, laliberté.La expansión como objetivo permanente y supremo de la política es la idea política central <strong>del</strong>imperialismo. Como no implica un saqueo temporal ni una más duradera asimilación de conquista,es enteramente un nuevo concepto en la larga historia <strong>del</strong> pensamiento y de la acción políticos. Larazón de esta sorprendente originalidad —sorprendente porque <strong>los</strong> conceptos enteramente nuevosson muy raros en política— es simplemente la de que este concepto no es realmente político, sinoque tiene su origen en el terreno de la especulación comercial, donde la expansión significa elpermanente aumento de la producción industrial y de las transacciones económicas, característico<strong>del</strong> siglo XIX.En la esfera económica, la expansión era un concepto adecuado porque el desarrollo industrialera una realidad actuante. La expansión significaba un aumento en la producción de bienes para serutilizados y consumidos. Los procesos de producción son tan ilimitados como la capacidad <strong>del</strong>hombre para producir, establecerse, proporcionar y mejorar en el mundo humano. Cuando laproducción y el desarrollo económicos aflojaban el paso, sus límites no eran tanto económicoscomo políticos, mientras que la producción dependía de el<strong>los</strong> y <strong>los</strong> productos eran compartidos pormuchos pueb<strong>los</strong> diferentes que estaban organizados en cuerpos políticos completamente distintos.El imperialismo nació cuando la clase dominante en la producción capitalista se alzó contra laslimitaciones nacionales a su expansión económica. La burguesía recurrió a la política por necesidadeconómica; porque no deseaba renunciar al sistema capitalista, cuya ley inherente es el constantecrecimiento económico, tuvo que imponer esta ley a <strong>los</strong> gobiernos nacionales y proclamar que laexpansión era el definitivo objetivo político de la política exterior.Con el slogan «La expansión por la expansión», la burguesía trató de, y en parte logró,convencer a sus gobiernos nacionales de que tomaran el sendero de la política mundial. La nuevapolítica que proponían pareció por un momento hallar sus limitaciones naturales y su equilibrio enel puro hecho de que varias naciones iniciaran su expansión simultánea y competitivamente. Elimperialismo en sus fases iniciales podía aún ser descrito como una lucha de «imperioscompetidores» y diferenciado de la «idea de Imperio en el mundo antiguo y en el medieval (que)era la de una Federación de Estados, bajo una hegemonía, abarcando... a todo el mundoreconocido» 6 . Sin embargo, semejante competición fue uno de <strong>los</strong> numerosos vestigios de la pasadaépoca, una concesión al aún prevaleciente principio nacional conforme al cual la Humanidad es unafamilia de naciones que rivalizan por sobresalir, o la creencia liberal de que la competición fijaráautomáticamente sus propios límites estabilizadores y predeterminados antes de que un competidorhaya liquidado a todos <strong>los</strong> demás. Este feliz equilibrio, sin embargo, difícilmente había sido5 ERNEST RENAN en su clásico ensayo Qu'est-ce qu'une nation?, Paris, 1882, destacó al «asentimiento actual, aldeseo de vivir juntos, a la voluntad de preservar dignamente la herencia indivisa recibida» como <strong>los</strong> elementosprincipales que mantienen unidos a <strong>los</strong> miembros de un pueblo de forma tal que constituyan una nación. La citacorresponde a The Poetry of the Celtic Races, and other Studies, Londres, 1896.6 HOBSON, op. cit.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!