12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 352formaciones de élite se han convertido, en realidad, en aplicación práctica <strong>del</strong> adoctrinamientoideológico —en terreno de pruebas en el que debe demostrarse éste— mientras que se supone que elaterrador espectáculo de <strong>los</strong> mismos campos ha de proporcionar la comprobación «teórica» de laideo logía.Los campos son concebidos no sólo para exterminar a. las personas y degradar a <strong>los</strong> sereshumanos; sino también para servir a <strong>los</strong> fantásticos experimentos de eliminar, bajo condicionescientíficamente controladas, a la misma espontaneidad como expresión <strong>del</strong> comportamientohumano y de transformar a la personalidad humana en una simple cosa, algo que ni siquiera son <strong>los</strong>animales; porque el perro de Pavlov, que, como sabemos, había sido preparado para comer nocuando tuviera hambre, sino cuando sonara una campana, era un animal pervertido.Bajo circunstancias normales esto no puede ser jamás llevado a cabo, porque la espontaneidad nopuede ser enteramente eliminada mientras que no sólo esté conectada con la libertad humana, sinocon la misma vida, en el sentido de estar uno simplemente vivo. Sólo en <strong>los</strong> campos deconcentración es posible semejante experimento, y por eso no son sólo la société la plus totalitaireencore réalisée (David Rousset), sino la guía ideal social de dominación total en general. De lamisma manera que la estabilidad <strong>del</strong> régimen totalitario depende <strong>del</strong> aislamiento <strong>del</strong> mundo ficticio<strong>del</strong> movimiento respecto <strong>del</strong> mundo exterior, así el experimento de dominación total en <strong>los</strong> camposde concentración depende <strong>del</strong> aislamiento respecto <strong>del</strong> mundo de todos <strong>los</strong> demás, <strong>del</strong> mundo de <strong>los</strong>vivos en general, incluso <strong>del</strong> mundo exterior de un país bajo dominación totalitaria. Esteaislamiento explica la irrealidad peculiar y la falta de credibilidad que caracteriza a todos <strong>los</strong> relatossobre <strong>los</strong> campos de concentración y que constituye una de las principales dificultades para laverdadera comprensión de la dominación totalitaria, que permanece o desaparece al mismo tiempoque la existencia de estos campos de concentración y de exterminio; porque, por improbable quepueda parecer, tales campos son la verdadera institución central <strong>del</strong> poder organizador totalitario.Existen numerosos informes de supervivientes 126 . Cuanto más auténticos son, menos tratan decomunicar lo que rehúye la comprensión humana y la experiencia humana —<strong>los</strong> sufrimientos, esdecir, lo que transforma a <strong>los</strong> hombres en «animales que no se quejan» 127 . Ninguno de esos relatosinspira a <strong>los</strong> hombres aquellas pasiones de ultraje y simpatía mediante las cuales se han sentidosiempre movilizados en pro de la justicia. Al contrario, cualquiera que hable o escriba acerca de <strong>los</strong>campos de concentración es considerado como un sospechoso; y si quien habla ha regresadodecididamente al mundo de <strong>los</strong> vivos, él mismo se siente asaltado por dudas con respecto a suverdadera sinceridad, como si hubiese confundido una pesadilla con la realidad 128 .Esta duda de las personas respecto de sí mismas y respecto de la realidad de su propiaexperiencia solamente revela lo que <strong>los</strong> nazis siempre habían sabido: que <strong>los</strong> hombres resueltos a126 Los mejores informes sobre <strong>los</strong> campos nazis de concentración son <strong>los</strong> de DAVID ROUSSET, Les jours de notremort, París, 1947; EUGEN KOGON, op. cit.; BRUNO BETTELHEIM, «On Dachau and Buchenwald» (de mayo de1938 a abril de 1939), en Nací Conspiracy, VII, pp. 824 y ss. Por lo que se refiere a <strong>los</strong> campos soviéticos deconcentración, véase la excelente compilación de informes de supervivientes po lacos, publicada bajo el título The DarkSide of the Moon; también DAVID J. DALLIN, op. cit., aunque sus informaciones son a veces menos convincentesporque proceden de «destacadas» personalidades inclinadas a redactar manifiestos y acusaciones.127 The Dark Side of the Moon: la introducción subraya también esta peculiar falta de comunicación: «Recuerdan, perono se comunican.»128 Véase especialmente BRUNO BETTELHEIM, op. cit. «Parecía como si yo hubiera llegado a convencerme de que,de alguna manera, aquellas horribles y degradantes experiencias no me sucedían a “mí” como sujeto, sino a “mí” comoobjeto. Esta experiencia fue corroborada por las declaraciones de otros presos... Era como si yo viera suceder cosas enlas que sólo participaba vagamente... “Esto no puede ser cierto, tales casos no suceden”... Los presos tenían queconvencerse de que todo aquello era real, que sucedía realmente y que no se trataba de una pesadilla. jamás Io lograronpor completo.»Véase también ROUSSET, op. cit., p. 213. «“... <strong>los</strong> que no lo han visto con sus propios ojos no pueden creerlo.¿Tomó usted mismo en serio <strong>los</strong> rumores sobre las cámaras de gas antes de venir hasta aquí?—No —le dije.—¿... ve? Bien, todos son como usted. Todos <strong>los</strong> de París, Londres, Nueva York, incluso en Birkenau, aquí mismo,al lado mismo <strong>del</strong> crematorio... seguían mostrándose incrédu<strong>los</strong> cinco minutos antes de ser enviados al sótano <strong>del</strong>crematorio...”»

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!