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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 280su propaganda 2 . Igualmente importante es el hecho de que la negativa a reconocer el paro hagarealidad —aunque en una forma más bien inesperada— la antigua doctrina socialista: el que notrabaje, que no coma. O cuando, por tomar otro ejemplo, decidió Stalin reescribir la historia de laRevolución Rusa, la propaganda de su nueva versión consistió en destruir, junto con <strong>los</strong> antiguoslibros y documentos, a sus autores y lectores: la publicación en 1938 de una nueva historia oficial<strong>del</strong> Partido Comunista fue la señal de que había concluido la superpurga que diezmó a toda unageneración de intelectuales soviéticos. Similarmente, en <strong>los</strong> territorios ocupados <strong>del</strong> Este, <strong>los</strong> nazisemplearon al principio la propaganda antisemita para conseguir un firme control de la población.No necesitaron ni utilizaron el terror para apoyar esta propaganda. Cuando liquidaron a la mayorparte de la intelligentsia polaca no lo hicieron por la oposición de ésta, sino porque, según sudoctrina, <strong>los</strong> polacos carecían de intelecto, y cuando proyectaron apoderarse de <strong>los</strong> niños de ojosazules y pelo rubio no pretendían asustar a la población, sino preservar la «sangre germánica» 3 .Como <strong>los</strong> movimientos totalitarios existen en un mundo que en sí mismo no es totalitario, se venforzados a recurrir a lo que comúnmente consideramos como propaganda. Pero semejantepropaganda siempre se dirige a una esfera exterior, bien a <strong>los</strong> estratos no totalitarios de la población<strong>del</strong> país, o a <strong>los</strong> países extranjeros no totalitarios. Esta esfera exterior hacia la que se dirige lapropaganda totalitaria puede variar considerablemente; incluso después de la conquista <strong>del</strong> poder, lapropaganda totalitaria puede dirigirse a <strong>los</strong> segmentos de su propia población cuya coordinación noha sido seguida por un suficiente adoctrinamiento. A este respecto, <strong>los</strong> discursos de Hitler a susgenerales durante la guerra son verdaderos mode<strong>los</strong> de propaganda, caracterizados principalmentepor las monstruosas mentiras que el Führer lanzaba a sus invitados en su afán por hacer<strong>los</strong> suyos 4 .La esfera exterior puede hallarse también representada por grupos de simpatizantes que no estántodavía dispuestos a captar <strong>los</strong> verdaderos objetivos <strong>del</strong> movimiento; finalmente, sucedía a menudoque incluso <strong>los</strong> miembros <strong>del</strong> Partido eran considerados por el círculo interno <strong>del</strong> Führer o por <strong>los</strong>afiliados a las formaciones de élite como pertenecientes a semejante esfera exterior y que, tambiénen este caso, todavía precisaban de la propaganda porque no podían ser dominados con seguridad.Para no sobreestimar la importancia de las mentiras de la propaganda tienen que recordarse <strong>los</strong> muy2 «Por entonces se anunció oficialmente que el paro estaba liquidado’ en la Rusia soviética. El resultado <strong>del</strong> anuncio fueque todos <strong>los</strong> subsidios de paro fueron igualmente liquidados’» (ANTON CILIGA, The Russian Enigma, Londres,1940, página 109).3 La llamada «Operación Heno» comenzó con un decreto de fecha 16 de febrero de 1942, promulgado por Himmler,«concerniente (a <strong>los</strong> individuos) de linaje alemán en Polonia», estipulando que sus hijos tendrían que ser enviados afamilias «que deseen [aceptarles] sin reservas, por amor a su buena sangre» (Documento de Nuremberg R 135,fotocopiado por el «Centre de Documentation Juive», París). Parece que en junio de 1944 el IX Ejército realmentesecuestró de 40.000 a 50.000 niños, a <strong>los</strong> que después trasladó a Alemania. Un informe sobre la cuestión, enviado alEstado Mayor de la Wehrmacht en Berlín por un hombre Ilamado Brandenburg, menciona planes similares paraUcrania (Documento PS 031, publicado por LÉON POLIAKOV en Bréviaire de la Haine, p. 137). El mismo Himmlerhizo varias referencias a este plan (véase Nazi Conspiracy and Aggression, Office of the United States Chief of Counselfor the Prosecution of Axis Criminality, U.S. Government, Washington, 1946, III, p. 640, que contiene extractos <strong>del</strong>discurso de Himmler en Cracovia en marzo de 1942; véanse también <strong>los</strong> comentarios al discurso pronunciado porHimmler en Bad Schachen en 1943, en KOHN-BRAMSTEDT, op. cit., p. 244). De <strong>los</strong> certificados extendidos por la IISección Médica en Minsk el 10 de agosto de 1942 puede deducirse cómo se realizó la selección de estos chicos: «Elexamen racial de Natalie Harpf, nacida el 14 de agosto de 1922, mostró que era una muchacha normalmentedesarrollada, de tipo predominantemente báltico oriental con características nórdicas.» «El examen de Arnold Cornies,nacido el 19 de febrero de 1930, mostró que era un muchacho, normalmente desarrollado, de doce años de edad, de tipopredominantemente oriental con carcterísticas nórdicas.» Firmado: N. Wc (Documento en <strong>los</strong> archivos <strong>del</strong> «YiddishScientific Institute», Nueva York, n.° Occ E 3a-17).Por lo que se refiere al exterminio de la intelligentsia polaca, que, en opinión de Hitler, podía «ser barrida sinescrúpulo», véase POLIAKOV, op, cit., p. 321, y el Documento NO 2.472.4 Véase Hitlers Tischgespräche. En el verano de 1942 todavía habla de « [echar a puntapies] hasta el último judío deEuropa» (p. 113) y de reasentar a <strong>los</strong> judíos en Siberia o en Africa (p. 311), o en Madagascar, cuando en realidad ya sehabía decidido por la «solución final» antes de que comenzara la invasión de Rusia, probablemente en 1940, y mientrasque había ordenado la instalación de las cámaras de gas en el otoño de 1941 (véase Nazi conspiracy and Aggression, II,pp. 265 y siguientes; III, pp. 783 y ss., Documento PS 1.104; V, pp. 322 y ss., Documento PS 2.605). Himmler ya sabíaen la primavera de 1941 que «<strong>los</strong> judíos (deben quedar) exterminados hasta el último hombre para el final de la guerra.Este es el deseo inequívoco y la orden <strong>del</strong> Führer» (Dossier Kersten, en el «Centre de Documentation Juive»).

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